En un giro de los acontecimientos que asombró al mundo este mes, el régimen de Assad, que llevaba décadas en el poder, fue desalojado del poder en Siria, barriendo las fuerzas y la influencia iraníes y neutralizando cualquier presencia restante de Hezbolá, creando así una oportunidad sin precedentes para el Líbano y la región, escribe Erel Margalit (en la foto), fundador y presidente ejecutivo de JVP & Margalit Startup City.
El escenario está preparado para una profunda transformación, ya que se ha bloqueado la ruta para que Líbano sirva como teatro de guerra para Irán y Siria ya no es un corredor para misiles, municiones y apoderados iraníes.
Al igual que Siria va a experimentar ahora un cambio drástico, Líbano debe aprovechar este momento para reclamar su soberanía. Ha llegado el momento de erradicar la injerencia iraní y siria y desmantelar el control a muerte de Hezbolá sobre el país.
Cristianos, suníes, drusos y chiíes moderados de toda condición pueden recuperar lo que es suyo. Con el apoyo internacional adecuado y las iniciativas de los propios líderes empresariales y civiles libaneses, la nación puede volver a ser un país próspero, y no un país gobernado por una organización terrorista que ha servido de apoderado iraní, colaborador de Assad y aliado clave de Hamás. Una organización que ha lanzado unos 20.000 cohetes contra Israel en medio de múltiples ataques contra nuestras comunidades del norte durante los últimos 14 meses, obligando a Israel a responder atacando los bastiones y el liderazgo de Hezbolá en el sur del Líbano.
A medida que Israel y Líbano salen de este devastador conflicto de 14 meses y de un sangriento capítulo en las historias respectivas de nuestros países, es hora de escribir uno nuevo.
Al pueblo libanés -a sus empresarios y emprendedores sociales, a sus líderes que aún tienen fe en un país conocido en el pasado como la Suiza de Oriente Medio-, a quienes creen en el potencial del Líbano para renacer, les pido que forjen una nueva alianza con la comunidad empresarial y de alta tecnología de Israel.
Mi mensaje es simple pero urgente: Recuperen su país. Establezcan un gobierno integrador y desarrollen una visión para el Líbano que permita prosperar a su economía y a su sociedad. Resistan a Hezbolá, no por el bien de Israel, sino por la supervivencia del Líbano.
Hezbolá ha utilizado al Líbano como recipiente para las ambiciones de Irán, y su presencia ha supuesto un estrangulamiento de su soberanía. La organización terrorista no representa el futuro de Líbano; sirve a intereses externos que han arrastrado a Líbano a conflictos y luchas interminables.
Israel no tiene disputas territoriales con Líbano. Nuestros conflictos pasados han tenido su origen en defendernos de agresiones originadas en su tierra: primero la OLP a finales de los setenta y principios de los ochenta, y después Hezbolá, que ha acumulado más misiles en Líbano que los que poseen muchos países europeos.
Es hora de desmantelar ese arsenal y liberar al Líbano como campo de batalla por el dominio.
A los muchos libaneses con talento, creativos y dinámicos que viven en todo el mundo: Vuestro país os necesita ahora más que nunca. Podéis recuperar el Líbano como Estado soberano y próspero. Si tomáis ese camino, muchos de nosotros en Israel estaremos dispuestos a apoyaros. Hemos visto los frutos de las asociaciones con países como los EAU, Bahréin, Marruecos, Egipto, Jordania y, cada vez más, Arabia Saudí. Estas asociaciones demuestran lo que puede lograrse cuando los vecinos dan prioridad a la colaboración sobre el conflicto.
Líbano también puede seguir ese camino.
A la comunidad internacional, a las administraciones Biden y Trump, a mi buen amigo en Francia Emmanuel Macron y a otros: El Líbano necesita su apoyo para liberarse de las garras de Hezbolá. El ejército libanés necesita apoyo para neutralizar los miles de misiles, explosivos e instalaciones militares que Hezbolá sigue utilizando. También necesita protección contra el flujo de armas procedentes de Irán a través de Siria. Un plan integral -un “Plan Marshall” para el Líbano- es esencial para reconstruir y estabilizar el país durante la próxima década.
En la frontera norte de Israel ya estamos tomando medidas para fomentar la colaboración. Hemos creado un centro FoodTech, AgTech y ClimateTech, centrado en la innovación agrícola. Líbano, con su rico patrimonio agrícola, puede convertirse en un socio clave en este tipo de iniciativas.
Exploremos formas de integrar esfuerzos a través de la frontera. Si resulta más fácil reunirse en terreno neutral, París y Nueva York ofrecen oportunidades para iniciar este diálogo.
Líbano tiene potencial para un nuevo comienzo, liberado de la sombra de Hezbolá y de la influencia de Irán. Este momento exige valor, liderazgo y visión. Los israelíes estamos dispuestos a apoyar su viaje hacia un futuro mejor para el Líbano y la región.
Juntos, podemos aportar esperanza, reconstruir la confianza y crear oportunidades que beneficien a todos. La elección es suya. El momento es ahora.
Erel Margalit, Fundador y Presidente Ejecutivo de JVP y Margalit Startup City, es uno de los principales arquitectos de la escena tecnológica israelí.
