Por Adam Harrison.
El candidato presidencial moldavo Alexandr Stoianoglo y la mayor parte de toda su campaña electoral están siendo gestionados y financiados en secreto por el Kremlin.
Nuestra redacción ha sido informada de una filtración(www.lubyankaleaks.org/leaks.html) consistente en grabaciones de audio de múltiples conversaciones entre un alto dirigente del Partido Socialista moldavo y su controlador del FSB, lo que proporciona una rara visión del mundo en la sombra de la injerencia rusa en el proceso político de Moldavia.
Aunque es difícil deducir una implicación directa del propio candidato, consideramos seguro suponer que el ex fiscal general Stoianoglo no es ajeno a estos tratos por la espalda y es consciente de la profunda implicación de Rusia en su campaña electoral.
Las grabaciones de audio consisten en conversaciones que tuvieron lugar en abril de este año entre Adrian Albu, alto dirigente del Partido Socialista moldavo y representante del candidato Alexandr Stoianoglo, y Yuri Gudilin, conocido agente del FSB y persona incluida en la lista de sanciones de Estados Unidos desde octubre de 2022.
Adrian Albu es diputado del Parlamento moldavo y, sobre todo, miembro de la Comisión Parlamentaria de Seguridad y Defensa. Ha representado a Stoianoglo en debates televisivos, lo que indica una clara conexión entre ambos. Albu viaja regularmente a Rusia para asistir a diversos foros, uno de ellos la XII Reunión Internacional de Altos Representantes Encargados de Cuestiones de Seguridad, celebrada en abril de 2024 en San Petersburgo.
Yuri Gudilin es conocido públicamente como antiguo empleado del FSB ruso y ahora es estratega político. Al parecer, sigue centrándose principalmente en Moldavia. Gudilin ha visitado Moldavia en numerosas ocasiones, sus visitas se producen a menudo en fechas electorales o justo antes de ellas. Por ejemplo, antes de las elecciones de 2020, Gudilin visitó Chisinau junto con un grupo de otros tecnólogos políticos. Durante esta visita no oficial, se reunieron con frecuencia en la oficina central del Partido Socialista y tuvieron acceso sin trabas a la administración presidencial moldava de Igor Dodon. En pocas semanas, consiguieron reunirse con al menos siete diputados socialistas, un antiguo asesor del ex primer ministro Ion Chicu y el alcalde de Chisinau. En Moldavia se acusa a Gudilin de espionaje en favor de Rusia.
Yuri Gudilin compró billetes de avión de Moldavia a Rusia para Adrian Albu, como se muestra a continuación en un extracto de esta conversación del 23 de abril:
Albu: ¿Por casualidad no comprarás billetes con tu tarjeta?
Gudilin: Bueno, ¿con qué puta tarjeta?
Albu: ¡Me cago en la puta! Espero que no aparezca por ningún lado. Será “gracioso”.
El 27 de abril, Adrian Albu y Yuri Gudilin hablan de una reunión entre Bodgan Tirdea, también miembro del Partido Socialista moldavo, Gabriel Calin, un popular bloguero moldavo que promueve una agenda antioccidental, y Olga Grak, conocida colaboradora del FSB y estratega política que apoya al oligarca fugitivo Ilan Shor:
Albu: Me he reunido con Bogdan. Dijo que iría con Olga…
Gudilin: Sí, lo he visto. La acompañé al hotel, pero no entré.
Albu: Lo más interesante es que Gabi (Gabriel Calin) también entró y discutimos sobre diferentes cosas.
Gudilin: ¿Dónde os conocisteis? ¿En casa de Bogdan o en la oficina?
Albu: En la habitación. Los invité a los dos a mi habitación. También les di comida a los dos.
Además de con estrategas políticos, los dos diputados del Partido Socialista mantuvieron reuniones con altos funcionarios rusos durante su visita a la Federación Rusa, entre ellos Nikolai Patrushev, ex jefe del FSB, actualmente asistente de Putin y uno de sus estrechos colaboradores. Además de Patrushev, Albu y Tirdea informaron a Alexey Shevtsov, vicesecretario del Consejo de Seguridad, como se describe en esta conversación del 25 de abril:
Gudilin: “Ha llamadoLioha (Alexey Shevtsov). Estábamos sentados con Bogdan (Bogdan Tirdea), bebiendo. Lioha llamó y volvió a darle las gracias por ser un buen tipo y esforzarse. Y Platonich (Nikolai Patrushev) está contento; todo el mundo está satisfecho”.
Albu: “Platonich dijo: ‘Dame la imagen completa'”.
Gudilin: “Pues se la daremos”.
Adrian Albu se preocupaba por mantener en secreto sus reuniones con el FSB. En esta grabación del 27 de abril, no quiere que le vean en determinados hoteles de Moscú en los que podría haber otros moldavos y también cree que podría haber informadores del Servicio de Seguridad moldavo entre ellos:
Albu: “No quiero aparecer en el Four Seasons porque no quiero que me vea una mierda que vigila. Nuestros chicos (el aparato de seguridad moldavo) no son estúpidos, créeme. Y esos maricones que estaban presentes en la sala de conferencias, debe haber una rata entre ellos.
Albu: “Usted cree que nuestros chicos son los más estúpidos de los estúpidos (…), pero créame, no lo son. Tú (refiriéndose a Gudilin) como ex-espía, tienes que entenderme”.
En esta grabación del 27 de abril, el agente del FSB se considera un genio por haber urdido diversas estratagemas para equilibrar la influencia de Ilan Shor con la exigencia de promover un candidato y un partido válidos para las próximas elecciones. Gudilin cree que Shor ha cumplido las promesas hechas a los rusos y que ahora tiene influencia en el Kremlin. El FSB cree que el defecto de Shor es su imagen empañada en Occidente, que probablemente represente una limitación importante para seguir utilizándolo en Moldavia como vehículo político ruso.
Gudilin: “Ya no tenemos la opción de renunciar a Shor dado el nivel de apoyo del que goza ahora aquí (en Rusia). (…) Se comportó muy muy correctamente. (…) Nunca se echó atrás, nunca se rindió. Joder, si Dodon los engañó a todos (alos dirigentes rusos), este tipo (Shor) siempre cumplió. Es decir, como socio demostró ser digno de confianza. (…) Entonces, ¿dónde está el problema? Estoy seguro de que Shor es una figura tóxica en Europa”.
El 27 de abril, el agente del FSB encargó a su fuente que “limpiara” la imagen del oligarca caído en desgracia Ilan Shor. Gudilin comparte con Albu un sencillo esquema para lavar la reputación de Shor en Moldavia. La idea de Gudilin era acusar a políticos moldavos prooccidentales. El objetivo es introducir información que sugiera que el actual gobierno proeuropeo también estaba implicado en tramas sucias.
Gudilin: “En resumen, se me ocurrió este concepto: ¿y si difundimos un rumor en Europa que limpie ligeramente a Shor? Ahora mismo es un gran punto negro. Pero si hay muchas manchas así, entonces contra ellas, él no es tan negro”.
Gudilin: “Es sólo un grupo de bandidos luchando contra otro grupo de bandidos; sólo que un grupo señala con el dedo al otro y grita que son malvados. Así, empiezan a utilizar a la gente como fachada para sus acciones… Se envolvieron primero en la bandera europea para despistar, mientras que Shor se envolvió en la rusa sólo después… No tenía otra opción”.
En la noche del 21 de octubre, tras la primera vuelta de las votaciones, cuando se estaban tabulando las papeletas, Maia Sandu convocó una rueda de prensa y denunció una masiva injerencia electoral rusa y fraude electoral en las elecciones moldavas.
Las grabaciones de audio, verificadas de forma independiente por expertos rusos, revelan lo que los expertos políticos consideran un secreto a voces: que Moscú controla y financia a los partidos prorrusos de Moldavia y que el FSB dirige fuentes en el ámbito político moldavo para gestionar y proteger mejor sus intereses. Adrian Albu y Bogdan Tirdea son sólo dos de los asociados del Kremlin a través de los cuales el FSB controla el Partido Socialista moldavo. Su lealtad es para el Kremlin y sus acciones equivalen a alta traición en cualquier jurisdicción.
La historia más amplia sigue siendo la maniobra omnipresente de Rusia en Moldavia y probablemente en todos los países que percibe como satélites. El entramado de esfuerzos conjuntos de políticos de alto nivel (como Patrushev), estrategas políticos (la infame Olga Grak) y el aparato de seguridad está destinado a convertir estos países en dirección a Rusia y consolidar el control del Kremlin.
