Tras un año de protestas de los agricultores y amenazas de las farmacéuticas de abandonar Europa, la nueva CE podría remodelar su prestigiosa Dirección General de Sanidad. La DG SANTE perderá funciones clave, como seguridad alimentaria, pesticidas o farmacia. La Comisión deja a bebedores y fumadores bajo la supervisión de Sante, contraria a la innovación.
El 23 de julio de 2024, el grupo de expertos sobre el Mecanismo Europeo de Preparación y Respuesta ante Crisis de Seguridad Alimentaria (EFSCM ) para mitigar los riesgos y vulnerabilidades que ponen en peligro las cadenas de suministro alimentario publicó una serie de recomendaciones para reforzar la soberanía alimentaria en la UE: generar confianza, fomentar un enfoque colaborativo y supervisar el suministro de alimentos.
Aunque garantizar la soberanía alimentaria es estratégico, a las empresas agroalimentarias y a la cadena de suministro que la sustentan también se les pide que contribuyan al éxito del Pacto Verde de la UE -hacer que la UE sea climáticamente neutra para 2050- ajustándose a unos marcos cada vez más exigentes, algunos de los cuales tienen su origen en la DG SANTE.
A principios de este año, vimos enormes convoyes de tractores bloquear puertos, carreteras principales y la capital de Europa, a veces durante días, en algunas de las protestas agrícolas más graves de la última década. Esas protestas eran contra el Green Deal, concretamente contra la normativa de la UE sobre el uso de pesticidas y la restauración de la naturaleza.
Las grandes empresas agrícolas y alimentarias parecen estar cada vez más preocupadas por una DG Sante despierta, que desarrolle políticas menos eficaces que pongan aún más en peligro el sustento de los agricultores europeos en ámbitos como la seguridad alimentaria o el tabaco y el alcohol.
Según los medios de comunicación, la Comisión también está preocupada por su DG Sanidad. Especialmente por su potencial para molestar a los políticos nacionalistas, imponiendo regulaciones y prohibiciones excesivas. Es mucho lo que está en juego, ya que algunos de los sectores afectados que estaban en el punto de mira de la misma Dirección General están en el centro de la agenda de reindustrialización de la UE, que a su vez es clave para generar empleo y crecimiento. Así que la Comisión está tomando medidas.
Mientras la Comisión se ocupa de salvaguardar algunos sectores exportadores de la DG SANTE, redistribuyendo su supervisión a otras DG más razonables, aún no ha actuado sobre el alcohol o el tabaco, dos industrias en las que la UE es líder mundial.
Con un nuevo mandato de la Comisión que comenzará en noviembre, el ejecutivo de la UE está estudiando cómo distribuir las prioridades políticas entre las numerosas direcciones generales que la componen. Una de sus máximas prioridades sería encontrar un equilibrio entre la política europea y la escucha de las voces nacionales de los Estados miembros.
Supongamos que se confirma el documento visto por Euronews a principios de junio. En ese caso, la DG SANTE cedería sus competencias en materia de autorización de pesticidas, bienestar animal, sanidad animal y vegetal, obtenciones vegetales y nuevas técnicas genómicas al departamento de agricultura de la Comisión, la DG AGRI. Además, la DG SANTE perdería otras cuestiones de seguridad alimentaria en favor de la DG JUST, que se ocupa de la justicia y la política de los consumidores.
La DG AGRI es responsable del enorme programa de subvenciones agrarias del bloque, la Política Agrícola Común (PAC), que supone un tercio del presupuesto de la UE. El departamento de Sanidad de la DG SANTE podría sufrir una notable pérdida de poder en favor de su rival, la DG AGRI, centrada en la agricultura.
Desmantelar la DG SANTE no es necesariamente una buena solución, y envía el mensaje de que la Comisión ya no cree que el “Ministerio de Sanidad de la UE” pueda ser un valor añadido para los consumidores y, al mismo tiempo, fomentar la innovación, que salvaguarde la competitividad de la UE. No obstante, es mucho lo que está en juego y los resultados determinarán el futuro del sistema alimentario europeo en los próximos cinco años y más allá.