Omar Harfouch, jefe de la iniciativa laica para la “Tercera República Libanesa” y luchador contra la corrupción, denuncia la decisión antisemita del Primer Ministro libanés, Najib Mikati, de cancelar el contrato del Estado libanés con los abogados franceses que intentan recuperar los fondos libaneses saqueados por la clase política.
Estos fondos, pasados ilegalmente y escondidos en bancos europeos, fueron congelados recientemente porque uno de los abogados judíos intervino correctamente, pero con la excusa implícita de la afiliación religiosa, el Primer Ministro canceló el contrato.
Para Harfouch, el mundo entero debe arrojar luz sobre las leyes y decisiones racistas, sectarias y antisemitas del Líbano, que persiguen a cualquier libanés o libanesa si se comunica, trata o está al lado de un judío en cualquier parte del mundo.
Discriminar a los ciudadanos por tales motivos viola totalmente los derechos humanos, según la Carta de la ONU.