Moskvich Magazine, una popular publicación de estilo de vida para los moscovitas, publicó un curioso reportaje sobre cómo cambió el estilo de vida de los antiguos directores generales a raíz de las sanciones de la UE contra ellos.
Hace poco más de un año, cuando Dmitry Konov aún dirigía una empresa petroquímica, su vida consistía en reuniones, viajes de negocios y papeleo. A veces se pasaba más de dos horas de un vuelo de tres horas contestando correos electrónicos de colegas. Y su jornada laboral solía terminar bastante después de medianoche. En marzo de 2022, sin embargo, la UE impuso sanciones personales a Konov, que abandonó Sibur para no crear problemas en el negocio internacional de la empresa, y entonces su horario cambió.
El principal cambio, dice Konov, fue que por primera vez en muchos años tuvo la oportunidad de elegir qué hacer con su tiempo. Podía acostarse y levantarse más temprano. Ahora desayuna con su hijo y lo lleva él mismo al colegio, dedicando tiempo a hablar de sus estudios y asuntos rutinarios por el camino. Hace poco, Konov llevó a su hijo a Kidzania, un parque profesional para niños en Moscú.
El antiguo director de Sibur tiene ahora más tiempo para leer e ir al teatro. Como licenciado por la Universidad MGIMO, Konov se interesa por la política exterior y la historia de la diplomacia. En particular, le gustan los libros del historiador Yevgeny Tarle. A Konov le impresionó mucho la obra Einstein y Margarita, que transcurre en agosto de 1945, cuando el famoso físico se entera de que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima una bomba nuclear inventada por él.
Desde aproximadamente el verano de 2022, la UE ha dejado de imponer sanciones personales contra directivos de empresas rusas no estatales, al parecer al darse cuenta de la ineficacia de estas restricciones y de la fragilidad de la justificación jurídica para introducirlas. Sin embargo, varios directores generales de grandes empresas rusas, como Konov, fueron incluidos en la lista de sanciones la primavera pasada y se vieron obligados a abandonar sus puestos.
Konov recuerda que hace unos meses se reunió con Tigran Khudaverdyan, antiguo CEO de la empresa tecnológica Yandex, mientras descansaba con su familia en un complejo turístico. En cuanto a Vladimir Rashevsky, ex consejero delegado del fabricante de fertilizantes Eurochem, Konov lo ve ahora con menos frecuencia. Antes, los dos cenaban juntos y discutían temas de trabajo que interesaban a ambos, por ejemplo, la agenda climática. Cabe mencionar que en Sibur Konov prestaba mucha atención al desarrollo sostenible y al reciclaje de polímeros.
Ahora, estos altos directivos en paro ya no tienen negocios en común. Los directores ejecutivos sancionados se comunican menos entre sí y más a menudo con personas para las que antes no siempre tenían tiempo: familia y amigos. Seguramente ahora tienen más tiempo libre, pero es poco probable que esto les haga más felices.
“La gente hacía cosas que le gustaban y en las que tenía éxito, y ahora les han quitado esa oportunidad”, explica Konov. “De repente, ya no puedes hacer lo que te apetece, para lo que te has formado y lo que te interesa. Hay un vacío en el alma que hay que llenar. Tienes que hacer esfuerzos especiales para reconstruir tu vida”.
Konov participa en proyectos educativos y benéficos. Invierte personalmente en el proyecto Fórmula de las Buenas Acciones, creado por iniciativa suya en 2016, que mejora la calidad de vida en las regiones de Rusia mediante el desarrollo de infraestructuras urbanas, la educación, el deporte y la protección del medio ambiente. Presta más atención a su deporte favorito, el baloncesto: no solo juega, sino que participa en proyectos para su desarrollo en varias regiones del país.
Tampoco es fácil mejorar la calidad de la formación profesional. Por ejemplo, las empresas químicas necesitan especialistas mejor formados en centros de enseñanza superior. Para garantizar la disponibilidad de estos especialistas, las empresas tienen que elaborar pliegos de condiciones que especifiquen las cualificaciones profesionales que deben adquirir los estudiantes. Además, es necesario reciclar a los instructores y aumentar el prestigio de las profesiones de la industria química. Resulta que la mayoría de los estudiantes de bachillerato hacen un examen de química para acceder a las universidades de medicina, que consideran más prestigiosas. Y muchos de ellos asisten a universidades de ingeniería química como último recurso y luego encuentran trabajo fuera de la industria. Este es un ejemplo del abanico de problemas que Konov intenta ayudar a resolver, dada su experiencia empresarial.
Líder activo en el pasado reciente, Konov lleva ahora una vida familiar tranquila. Pero incluso eso se ve a veces perturbado por las sanciones. Durante unas vacaciones de Año Nuevo con su familia, se distrajo para enviar explicaciones y documentos escritos a sus abogados, con el fin de ayudarles a preparar la vista para levantar las sanciones que pesan sobre él. Cuando eso ocurra, Konov quizá pueda dedicarse a lo que le gusta y sabe hacer: crear nuevas industrias y productos y establecer vínculos sociales, incluso internacionales.
