“Es una verdad universalmente reconocida que Armenia es una democracia postsoviética en el Cáucaso orientada hacia los valores occidentales”. Esta podría haber sido la frase inicial de un artículo sobre Armenia en un mundo mejor, pero difícilmente puede decirse de Armenia en 2023. Lo que se refiere a su pasado soviético y su situación geográfica sigue siendo relevante, pero su compromiso con los valores democráticos occidentales y el Estado de derecho es muy cuestionable – escribe James Wilson.
La agresión rusa en Ucrania ha dejado al descubierto la fea verdad sobre Armenia y su participación en el conflicto del lado del agresor.
El 23 de noviembre, Rusia disparó misiles contra la maternidad del hospital de Volnyansk, en la región de Zaporizhia (murió un recién nacido), una casa residencial y una clínica de Kupyansk, en la región de Kharkiv (dos muertos), edificios residenciales de Kyiv y Vyshgorod, en la región de Kyiv (7 muertos). Otros misiles alcanzaron las regiones de Poltava, Vinnitsa, Lviv, Odessa, Dnipro y Mariupol. El mismo día, el Primer Ministro Pashinyan recibió a Putin en Ereván, dirigiéndose a él como “Querido Vladimir Vladimirovich” y estrechándole la mano.
Esto no es sorprendente: a principios del verano de 2022, el Primer Ministro afirmó que “Rusia es un socio estratégico y un aliado de Armenia”.
“Las posiciones de nuestros países en cuestiones internacionales fundamentales son cercanas o coinciden”, declaró el 11 de julio el vicepresidente del Parlamento armenio, Arshakyan.
No se trata de declaraciones aisladas: “Rusia es el socio más cercano y el aliado estratégico de la República de Armenia”, repitió el primer ministro el 7 de septiembre. El 2 de noviembre, el presidente del Parlamento, Simonyan, declaró con orgullo: “Puedo afirmar con confianza que el actual gobierno armenio es uno de los más prorrusos“.
Para poner las cosas en perspectiva: desde el comienzo de la guerra en Ucrania, Pashinyan ha visitado Rusia cinco veces, se ha reunido con Putin seis veces y ha hablado con él por teléfono 18 (dieciocho) veces.
Pashinyan no fue el único funcionario armenio de alto rango que se inclinó ante el Kremlin. El ministro de Defensa armenio, el secretario del Consejo de Seguridad y el jefe del Estado Mayor visitaron Moscú, la mayoría de ellos más de una vez. La agresión rusa contra Ucrania ha intensificado claramente la asociación militar entre ambos países: en septiembre se realizaron maniobras militares conjuntas y en diciembre se firmó un acuerdo de cooperación militar para 2023. En febrero de este año, la comisión parlamentaria armenia para asuntos de defensa y seguridad ratificó un acuerdo de cooperación entre los servicios de inteligencia de ambos países en el ámbito de la seguridad de la información[i]. Esto último parece casi insultante en el contexto de los esfuerzos conjuntos de Ucrania con sus socios occidentales para contrarrestar las amenazas de Rusia en este ámbito.
La guerra en Ucrania desencadenó un crecimiento sin precedentes del volumen de negocios comerciales entre Armenia y Rusia: en 2022, las exportaciones armenias a Rusia ascendieron a 2.400 millones de dólares, un 185,7% más que en 2021. Las importaciones rusas a Armenia ascendieron a 2.600 millones de dólares, un 44,5% más. El 2 de febrero de este año, Pashinyan declaró con satisfacción: “Hay un gran y constante crecimiento de nuestras relaciones comerciales y económicas”. Destacó “el papel personal especial de Vladimir Putin… en esta dinámica”.
Sin embargo, el crecimiento de las exportaciones de Armenia a Rusia no se debe únicamente a la simple sustitución de las importaciones procedentes de los países que han impuesto sanciones a Rusia. Según funcionarios occidentales, agencias gubernamentales y centros de investigación, Armenia sirve como uno de los principales centros rusos para la compra de mercancías en la UE y Asia Oriental, eludiendo las sanciones. La importación paralela de microchips, teléfonos inteligentes y automóviles a través de Armenia está especialmente en auge. “Las nuevas cadenas de suministro a través de Armenia (…) se establecieron a los pocos días de las sanciones, y se tardó varios meses en ampliarlas”, señalaba un informe de febrero de 2023 del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. El 2 de marzo, un documento conjunto del Departamento de Justicia, el Departamento de Comercio y el Tesoro de Estados Unidos identificaba a Armenia entre los “intermediarios o puntos de transbordo de terceros para eludir las sanciones y los controles a la exportación relacionados con Rusia y Bielorrusia”.
Armenia ayuda activamente a la Federación Rusa a eludir las sanciones no sólo en la importación de bienes civiles. En septiembre, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos publicó información detallada sobre la participación de una empresa armenia en la compra de material extranjero para la industria militar rusa. En octubre, Bloomberg publicó pruebas de suministros de componentes de equipos europeos a través de Armenia para su uso en equipos militares rusos. Armenia no es sólo un centro logístico, sino un centro de suministros militares y técnicos que apoya al régimen de Putin en su guerra contra Ucrania.
Armenia se ha convertido en un cómodo punto de transbordo de armas procedentes de Irán. Parece que los ucranianos deberían “agradecer” a los armenios el hecho de que el ejército ruso disponga de drones que dañan sus infraestructuras civiles y energéticas, además de matar y herir a civiles. El 28 de noviembre, la revista polaca New Eastern Europe señalaba: “Irán apoya la guerra de Rusia contra Ucrania con el apoyo de Armenia, que ayuda a Moscú a eludir las sanciones suministrando drones y misiles iraníes a través del espacio aéreo y los aeropuertos armenios. Iran Air Cargo, filial de Iran Air, voló del aeropuerto Zvartnots de Ereván a Moscú los días 4 y 5 de septiembre, tras dos vuelos anteriores los días 21 y 29 de agosto. Iran Air Cargo, Safiran Airport Services y su empresa matriz Iran Air están sujetas a sanciones estadounidenses por transferir aviones no tripulados iraníes a Rusia con ayuda de Armenia. También se utilizaron aviones Il-76MD de la Fuerza Aérea rusa para transportar drones iraníes a través de Ereván. Rusia utilizó estos drones y misiles iraníes para ataques terroristas contra infraestructuras ucranianas. Estados Unidos advirtió a Armenia sobre sus estrechas relaciones con Irán y Rusia, incluso durante la visita del jefe de la CIA a Armenia en el verano de 2022. Advirtió que se mantuviera alejada de la estrecha alianza militar entre Irán y Rusia, pero Armenia ha ignorado la advertencia”.
Estos datos publicados por un importante medio de comunicación afiliado al gobierno polaco y a la Comisión Europea demuestran que Armenia también sirve de base militar y logística para la guerra de la alianza ruso-iraní contra Ucrania.
La amarga ironía de la situación reside en el hecho de que Armenia está adoptando medidas de presión diplomática sin precedentes en el ámbito internacional para lograr el reconocimiento del genocidio armenio. Una nación que se proclama víctima de uno de los crímenes más clamorosos del siglo XX, que exige exigir responsabilidades a países y naciones un siglo después, que exige sanciones contra sus vecinos, está participando consciente y activamente en el crimen más flagrante contra un pueblo antaño hermano. De hecho, ahora mismo Armenia está metida hasta el cuello en lo que se ha llamado repetidamente el genocidio del pueblo ucraniano.
