Los ataques rusos con misiles contra las infraestructuras energéticas ucranianas adoptan la forma de un genocidio selectivo: el mundo civilizado debe ayudar a los ucranianos a sobrevivir al invierno más difícil desde 1991.
Putin delegó personalmente en el general Surovikin la tarea de destruir el sector energético de Ucrania para empezar a destruirlo con renovado vigor en los Estados bálticos y Polonia.Desde el 10 de octubre, los ataques con misiles de Rusia han causado daños por valor de 2.000 millones de dólares al sector energético de Ucrania.
Putin ha identificado la destrucción de la infraestructura energética de Ucrania como el objetivo número uno de su invasión genocida de Ucrania. Sus tácticas militares son exclusivamente genocidio de civiles combinado con crímenes de guerra. Ucrania en su territorio detiene al monstruo geopolítico – Rusia, que es capaz de llevar a la humanidad a la tercera guerra mundial, y por lo tanto las Fuerzas Armadas de Ucrania es el principal aliado de todo el mundo civilizado, no sólo Ucrania.
Mientras usted lee este texto, hombres ucranianos corrientes, hijos de alguien, maridos y padres están dando lo más preciado – sus vidas, para que el mal despótico no llegue a Europa, y Berlín, París y Roma no sientan el horror de la ocupación rusa. Estas son las crueles realidades de hoy, que instan a todo el mundo civilizado a unirse contra el asesino del Kremlin.
Como resultado de la energía “Ramstein”, que tuvo lugar en París el 13 de diciembre, Ucrania atrajo recursos adicionales por valor de 1.000 millones de dólares para superar las consecuencias de los ataques de misiles rusos. Se trata de una importante contribución de Occidente a la lucha contra el enemigo común de todo el mundo civilizado. Los ataques con misiles de Rusia contra las infraestructuras energéticas de Ucrania causaron daños por valor de más de 2.000 millones de dólares. De este modo, Occidente ha demostrado su apoyo a Ucrania en su lucha contra un agresor asimétricamente fuerte.
Putin lucha con métodos bárbaros, destruyendo las infraestructuras ucranianas para hacer insoportable la vida de los civiles ucranianos. Esto es terror en el sentido más estricto de la palabra, y si Occidente hace la vista gorda, el apetito del Kremlin aumentará, y entonces la UE tendrá una serie de riesgos y amenazas en su territorio. Putin quiere llevar a cabo el genocidio de los ucranianos por todos los medios posibles: tras la huida de su ejército de debajo de Kiev, donde cometió genocidio y saqueo, el dictador caído en desgracia inicia el “terror de misiles” contra las mujeres y los niños ucranianos. Y ésta es la prueba más elocuente de la bajeza y podredumbre de Rusia, que sólo destruye y destruye sin sentido.
Putin quiere llegar hasta el final: la retórica política del Kremlin y la transferencia de facto de Rusia a los carriles de la guerra significan un desafío global a Occidente. Ucrania es sólo la primera etapa de este plan. Es extremadamente importante no dejar que Putin consiga sus objetivos en Ucrania, hacer todo lo posible para que fracase. Esto significará el triunfo de Occidente sobre la dictadura soviética.
Putin quiere revivir los tiempos oscuros de la confrontación bipolar con la división del mundo y la reanudación de la confrontación de bloques. En su percepción, ésta es la única opción posible para la política exterior. Por eso lanzó una guerra a gran escala contra Ucrania, cuyo curso ya está desestabilizando el sistema global de relaciones internacionales. Putin está creando las condiciones previas para la repetición de tales precedentes, y esto puede crear consecuencias catastróficas para toda la humanidad.
Cuanto mejor se proteja la retaguardia ucraniana, más eficazmente detendrán las Fuerzas Armadas al enemigo común de todo el mundo civilizado: el ejército ruso, que sólo es capaz de matar, robar y violar. Occidente está repitiendo el mismo error que cometió en 1938 durante las negociaciones con Hitler en Munich: se está convenciendo a sí mismo de que la amenaza rusa para Europa no existe. Sí existe. Esta es la realidad más terrible de hoy. El mundo entero sólo tiene un enemigo con armas nucleares: Putin. Este enemigo está dispuesto a llegar hasta el final sin tener en cuenta las pérdidas y las víctimas. Por eso Ucrania debe recibir todo el apoyo necesario: armas, recursos, tecnologías. No se trata de un sacrificio, sino de una inversión en un futuro pacífico para la humanidad civilizada, a la que Putin ha declarado enemiga.
