Cao Zhongming, embajador de la República Popular China en Bélgica, responde a la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi.
“Haciendo caso omiso de las normas básicas en las relaciones internacionales de respetar la soberanía y la integridad territorial de todos los países y sin tener en cuenta el interés general de las relaciones entre China y Estados Unidos, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó a escondidas la región china de Taiwán. Ante el mundo entero, la presidenta Pelosi realizó una maniobra política que viola gravemente el principio de una sola China, atenta gravemente contra la soberanía y la integridad territorial de China y socava gravemente la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán. Esta flagrante provocación política demuestra una vez más la quiebra de la credibilidad de Estados Unidos y elimina el disfraz del doble rasero de las normas internacionales.
Este incidente ha sido orquestado y provocado en solitario por Estados Unidos. Las causas, las consecuencias y los méritos del incidente no pueden ser más claros. Es Estados Unidos el que hizo la provocación en primer lugar, mientras que China se ha visto obligada a tomar medidas legítimas en defensa propia. Los simulacros militares chinos en las aguas de la isla china de Taiwán son necesarios y legítimos, tanto como respuesta a la gran provocación de la parte estadounidense y de las fuerzas separatistas de la “independencia de Taiwán”, como medida para defender con firmeza la soberanía y la integridad territorial de China.
El conjunto de medidas que China está adoptando y adoptará son contramedidas necesarias de carácter defensivo que han sido objeto de una seria consideración y una cuidadosa evaluación. Están dirigidas a proteger la soberanía y la seguridad nacionales y son coherentes con el derecho internacional y las leyes nacionales. Son una advertencia a los provocadores y contribuyen a la estabilidad de la región y a la paz en el estrecho de Taiwán.
China ha hecho todo lo posible desde el punto de vista diplomático y ha lanzado serias advertencias para evitar esta crisis que se ha impuesto a China. Sin embargo, Estados Unidos continuó por el camino equivocado y actuó de forma arbitraria. Todas las consecuencias que se deriven de ello deberán ser asumidas por la parte estadounidense y las fuerzas separatistas de la “independencia de Taiwán”. El día anterior, el G7 emitió una declaración del ministro de Asuntos Exteriores sobre Taiwán, acusando a China de “aumentar las tensiones”. Esto no es más que trasladar la culpa y confundir el bien y el mal. Una declaración de posición tan irresponsable subestima la perspicacia de los pueblos de todo el mundo, y escuda y conspira contra el “alborotador”.
Los entresijos históricos de la cuestión de Taiwán están clarísimos, así como el hecho y el statu quo de que ambos lados del estrecho de Taiwán pertenecen a una misma China. La visita de la presidenta Pelosi no cambiará la realidad histórica y legal de que Taiwán pertenece a China, no detendrá la tendencia histórica de la reunificación de China y no cambiará el hecho de que 181 países del mundo reconocen y apoyan el principio de una sola China. Cualquiera que siga la situación en el Estrecho de Taiwán debe saber muy bien que para mantener la paz en la región y en el Estrecho de Taiwán, el principio de una sola China es lo primero que hay que defender.
Si todavía hay que preguntarse por qué China ha llevado a cabo estos importantes simulacros militares, por favor, vaya y pregunte a la presidenta Pelosi”.