Se podría decir que el CV es una de las cosas más importantes sobre las que hay que decir la verdad. No sólo no es ético, sino que es raro que puedas salirte con la tuya mintiendo sobre tu historial profesional. Además, ¿le gustaría cometer un delito?
La Ministra de Hacienda del Reino Unido, Rachel Reeves, lo ha aprendido por las malas en las últimas semanas. Ha sido criticada por los parlamentarios por haber falsificado su currículum, afirmando que fue economista en el Halifax Bank of Scotland, en lugar de haber trabajado en la banca minorista. Sin embargo, el Gobierno mantiene que Reeves ha sido “sincera con el público” y que no se trata de un delito punible con el despido. Hay otros informes de personas, entre ellas una enfermera y un policía, que han sido encarceladas por mentir sobre sus cualificaciones, por no hablar de la pérdida de sus puestos de trabajo. Todo este debate nos lleva a preguntarnos si realmente hay que perdonar y olvidar estos casos, sobre todo cuando se trata de personas con una gran responsabilidad.
Un hombre, Gaetano Francesco Intrieri, ejecutivo de una aerolínea italiana, parece contar con el beneficio de la duda. De hecho, dada su trayectoria y su historia, se podría incluso argumentar que ha sido una parte esencial de su “éxito” profesional.
Merece la pena empezar por el principio. En uno de sus currículos, Intrieri presumía de numerosas cualificaciones, muchas de ellas tenues en el mejor de los casos. Uno de los ejemplos más notables es su afirmación de contar con dos MBA del mundialmente conocido Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT): uno en “Análisis de procesos empresariales” y otro en “Organización empresarial” por la Sloan School of Management. Sin embargo, un investigador que quiso verificar sus afirmaciones recibió la respuesta de la institución de que no podían encontrar a nadie registrado como estudiante con el nombre de Intrieri. Sin embargo, no sería del todo justo decir que Intrieri nunca ha sido alumno del MIT. En 2020, mientras el mundo se tambaleaba por Covid, Intrieri recibió un Certificado Ejecutivo en Gestión y Liderazgo de Sloan, que, aunque real, es de hecho sólo un programa online de cuatro cursos y ocho créditos que puede completarse en tan sólo dos semanas. No importa. El LinkedIn de Intrieri exhibe con orgullo el emblema de la Sloan School del MIT e incluso anunció en X la obtención de su certificado, obteniendo 90 “me gusta”.
A su credibilidad no ayuda el hecho de que algunas de sus otras “alma máter” parezcan completamente falsas. Intrieri afirma ser licenciado en Excel por la Excel University de California, que, por lo que se ha podido averiguar, no existe. Es posible que se refiera a la Excel University o a la Excel University. La primera es un curso en línea de Microsoft Excel dirigido por un hombre llamado Jeff en Dakota del Sur y la segunda una Academia Teológica y de Liderazgo que ofrece cursos de “Excel Business-ology (El Arte de los Negocios)”.
Intrieri no se limita a la educación, sino que incluso ha adornado sus declaraciones profesionales. La supuesta estancia de ocho años de Intrieri en “McKinsey & Partner” fue objeto de escrutinio cuando observadores avispados observaron que la empresa no existe (ya que la consultora global es en realidad McKinsey & Company). Como antes, Intrieri no aparecía por ninguna parte en los registros de empleo o de la empresa.
Uno espera que el presunto historial liberal de Intieri en su etapa profesional aclare sus jocosas invenciones curriculares. Pero, ¿podría su paso por Gandalf Airlines y su posterior reprimenda penal bastar para enseñarle la importancia de la honradez?
Tras convertirse en Consejero Delegado de la empresa de aviación en 2003, dimitió tras sólo cinco meses en 2004, a lo que siguió poco después la declaración de quiebra de la organización. Una investigación posterior condujo a la detención de Intrieri y a la revelación de que, en realidad, había malversado casi 500 millones de euros para uso personal. Tras una complicada historia en la que incluso llegó a presentar un certificado notarial que acreditaba a qué se destinaban los fondos, acabó confesando, recibiendo una condena de tres años y medio por quiebra fraudulenta.
Sin tener en cuenta el hecho de que Intrieri nunca cumplió su condena en prisión como resultado de un indulto nacional en 2006, continuó su carrera en la aviación. Pasó a dirigir Club Air, Italiatour Airlines, ItAli Airlines y Eagles Airlines, saltando de una a otra, lo que, en conjunto, le llevó a desempeñar el cargo de Consejero Delegado de una aerolínea durante unos tres años en un periodo de ocho, en cinco aerolíneas diferentes. Todas ellas han cesado sus operaciones desde entonces, y ninguna de ellas siguió operando más de siete meses después de su mandato. Estos cambios de empleo no parecen haber preocupado en absoluto a este autoproclamado gurú de la aviación.
Uno esperaría que con un historial tan ostensible de dudosas cualificaciones, la gente se parara antes de darle un trabajo a Intieri. Increíblemente, casi una década después de haber dirigido por última vez una aerolínea, Intieri ha sido nombrado Consejero Delegado de la recién llegada AeroItalia. La decisión parece haber partido del actual Presidente de la aerolínea, Marc Bourgade. Bourgade, banquero francés y financiero de aerolíneas, ha tenido una respetable carrera en el sector de las finanzas de la aviación, pero es completamente novato en la dirección de una compañía aérea. Y como aficionado a las lenguas extranjeras, uno no puede evitar preguntarse si no debería dedicar un poco más de tiempo a repasar su italiano.
Toda esta saga sería inimaginable si no pareciera todo tan real. La aparente capacidad de Intrieri para mentir en el ámbito educativo, profesional e incluso legal le ha colocado de algún modo en una posición que le permite causar estragos (véase su decisión de retirarse repentinamente del aeropuerto de Comiso por no ser “apreciado“, seguida de una marcha atrás casi inmediata) en un sector en el que la fiabilidad y la honradez son fundamentales. Tal vez sea esta confianza sin reservas lo que le lleva tan lejos, y tal vez esto es lo que Reeves ha aprendido de él. ¿Por qué te van a cuestionar si te crees tus propios cuentos?