Al día siguiente de los resultados de las elecciones legislativas en Francia y a una semana de la segunda vuelta, en las circunscripciones de los franceses residentes en el extranjero se plantean cuestiones que suscitan serias dudas sobre los métodos de votación y el recuento. Como es bien sabido, los franceses residentes en el extranjero pueden votar en las elecciones legislativas, ya sea por vía electrónica o personalmente en los consulados y embajadas. Sin duda, una oportunidad para aumentar la participación, pero que ayer por la noche dio lugar a varias anomalías que ponen en duda la transparencia y fiabilidad de todo el proceso electoral para las circunscripciones extranjeras.
Las situaciones más paradójicas se dieron en relación con la octava circunscripción, que incluye Italia, Grecia, Israel, Turquía, Malta y Chipre, donde hay candidatos que han obtenido un número de votos tan insignificante (un candidato sólo 15) que son matemáticamente imposibles en una circunscripción tan grande, en la que de casi 150 mil electores con derecho a voto, se registraron 33 mil votos válidos, Incluso teniendo en cuenta parientes y amigos, es poco probable que los candidatos hayan podido obtener algunas decenas o algunos centenares de votos.
Varios candidatos, desplegados al margen de los partidos mayoritarios, que llevaron a cabo importantes campañas electorales, en las que participaron centenares de personas incluso en actos públicos, como puede verse incluso con sólo mirar sus perfiles sociales, obtuvieron muy pocos votos. En los comentarios a las publicaciones en las redes sociales, muchos votantes protestan hablando de “fraude en los votos” o “fraude electoral”, sin creerse los resultados. De hecho, estos resultados son incoherentes y contrastan totalmente con el interés mostrado por los votantes.
Incluso el envío de material informativo por correo electrónico, que estadísticamente produce un consenso mínimo, tuvo un impacto casi inexistente en comparación con los votos contabilizados. Un sondeo de Ipsos para Le Parisien y Radio France del 27 de junio, realizado sobre una muestra de 2.000 votantes, daba al diputado saliente Meyer Habib un 31%, al empresario y outsider Philippe Hababou Solomon un 30%, a Caroline Yadan de Macron un 16%, al independiente David Bizet un 11%, y a todos los demás candidatos juntos un 12%. De forma similar se pronunció una encuesta de la cadena israelí i24. Los resultados reales situaban a Habib en el 35 por ciento, a Yadan en el 24 por ciento, al candidato del Frente Popular de izquierdas Yaël Lerer en el 23 por ciento, a Guillaume Bensoussan, de Reconquête, en el 6 por ciento y a todos los demás por debajo del 5 por ciento, incluso a los candidatos a los que las encuestas otorgaban porcentajes significativos.
Otra cuestión crítica afectaría al candidato que quedó primero en la primera vuelta: Meyer Habib. Este último es, de hecho, conocido por haber estado siempre cerca del Primer Ministro israelí Netanyahu, actualmente en su punto más bajo de consenso. A pesar de ello, Habib parece haber obtenido un número de votos sorprendentemente alto, aumentando significativamente los votos respecto a la última consulta en toda la circunscripción (incluida Italia, donde la presencia de judíos franceses, a los que se dirige, es mínima). Esto contradice la campaña de Habib, casi exclusivamente en Israel.
Estos son algunos de los aspectos que plantean dudas sobre la regularidad del voto, pero también sobre la eficacia de las comunicaciones y las posibilidades reales de participación de los electores. La participación siguió siendo extremadamente baja, de sólo el 22%, y a muchos votantes les resultó muy difícil votar. Los problemas técnicos, la falta de información clara y la complejidad de los procedimientos han contribuido a hacer inaccesible el voto.
La fiabilidad del voto electrónico, en particular, es una preocupación primordial en cualquier consulta. ¿Quién lo controla? ¿Cómo se cuenta la papeleta? ¿Cómo se garantiza que el sistema no sea manipulado? La falta de transparencia y salvaguardias en este ámbito socava la confianza de los votantes en el proceso electoral.
En aras de la transparencia, esperamos que las autoridades francesas pongan en marcha una investigación exhaustiva que arroje luz sobre estas anomalías y garantice inmediatamente, ya en la segunda vuelta entre Habib y Yadan del domingo 7 de julio, que las elecciones se desarrollan de forma transparente, certificada y justa.
