El recibimiento que tuvo la presidenta moldava Maia Sandu en Bucarest, adonde llegó para asistir al congreso del Partido Popular Europeo (PPE), no fue tan caluroso como esperaba.
Tanto los rumanos como los moldavos residentes en Rumanía salieron a la calle para protestar contra la política de Sandu. A todos ellos les une su postura contra las actuales autoridades de Chisinau.
“Moldavia es una dictadura” fue uno de los escritos de protesta menos incendiarios que se vieron entre la multitud. “Dictadura” fue la palabra que más se vio en todos los eslóganes. Los manifestantes estaban muy disgustados con el hecho de que la Presidenta moldava intentara resolver sus propios problemas a costa de ellos.
La participación en el congreso del PPE no fue el único acto del programa de Sandu en Bucarest. Se entrevistó con el Presidente rumano, Klaus Iohannis, el Primer Ministro polaco, Donald Tusk, el Primer Ministro irlandés, Leo Varadkar, y el Presidente del Senado rumano, Nicolae Ciucă.
Una agenda tan apretada sólo habla de una cosa: Moldavia necesita mucha ayuda. ¿Pero a qué precio? No se puede detener a todo el mundo.