El Estado judío no sólo está siendo atacado por sus vecinos, sino también por muchos países – escribe Christine Kensche en De WELT.
WELT ha recibido información de los serviciossecretos que demuestra que existe un rastro hasta el Sáhara. Allí se entrena una milicia contra Israel, y sus líderes discuten por teléfono planes terribles.
Desde el comienzo de la guerra de Gaza, los enemigos de Israel compiten con amenazas y fantasías de exterminio – y algunos participan activamente en el apoyo a Hamás. La organización terrorista libanesa Hezbolá dispara cohetes hacia y dentro de Israel casi a diario, y los terroristas han intentado infiltrarse en el país a través de la frontera norte. Las comunidades israelíes cercanas a la frontera con Líbano han tenido que ser evacuadas.
Al parecer, activistas sirios han acudido a apoyar la lucha contra Israel. Los hutíes de Yemen declararon oficialmente la guerra a Israel y atacaron el sur de Israel con misiles de largo alcance y aviones no tripulados que, sin embargo, fueron derribados por un buque militar estadounidense antes de que alcanzaran su objetivo. En Irak, milicias chiíes atacaron bases militares estadounidenses. El Parlamento argelino votó unánimemente a favor de la guerra contra Israel. E incluso en las profundidades de África, las milicias celebran los ataques contra el Estado judío y ofrecen apoyo a sus enemigos.
Irán está detrás de todas estas actividades. El régimen chií ha tejido una red mundial de milicias a las que apoya con armas, dinero y entrenamiento y que utiliza a cambio de su estrategia de terror -contra Occidente en general y contra Estados Unidos e Israel en particular.
Como demuestran los informes de los servicios secretos e investigadores financieros occidentales, que el WELT pudo consultar en exclusiva, Teherán lleva varios años ampliando su red. Así, Irán ya no sólo apoya a organizaciones chiíes y suníes, sino también a las que no tienen nada en común con Israel y al islam fundamentalista.
El camino lleva al Sáhara
El Frente Polisario, una milicia socialista con base en los campamentos de refugiados de Tinduf, en el sur de Argelia, es un buen ejemplo de cómo lo hace Teherán. El movimiento separatista, apoyado por Argelia, se considera el verdadero representante del pueblo indígena del Sáhara Occidental, la franja desértica que se extiende a lo largo de la costa atlántica. Tras un alto el fuego auspiciado por Naciones Unidas en 1991, el Frente Polisario cedió cuando Marruecos se impuso. Pero en 2020 reanudó la lucha contra Marruecos. El grupo controla una pequeña parte del Sáhara Occidental y mantiene un campamento en la provincia argelina de Tinduf, en la frontera con Marruecos, donde viven unos 150.000 saharauis.
Debido a su apoyo al Frente Polisario, Marruecos rompió relaciones con Irán en 2018. Hezbolá, la milicia más poderosa de Irán, “envió representantes militares al Polisario, suministró armas a la milicia y la entrenó en la guerra urbana”, dijo entonces el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Nasser Bourita. Teherán ha suministrado misiles tierra-aire y aviones no tripulados a los miembros del Polisario en el Sáhara Occidental. Hezbolá, aliado de Irán, ha establecido campamentos en Argelia donde entrena a los combatientes del Polisario.
Aunque los dirigentes del Frente Polisario y Hezbolá han negado las acusaciones, Marruecos ha afirmado que dispone de un extenso archivo con informes detallados e imágenes por satélite de reuniones entre representantes de Hezbolá y el Polisario en Argelia. Marruecos afirmó que Irán también ayudó a organizar reuniones entre el Frente Polisario y Hezbolá a través de su embajada en Argelia. El año pasado, un representante del Frente Polisario afirmó que Irán, a través de Argelia, les proporcionaba aviones no tripulados “kamikaze” para utilizarlos contra Marruecos.
Nuevos informes de los servicios secretos, que WELT ha podido consultar, respaldan las acusaciones de Marruecos. Así, este periódico dispone de grabaciones y transcripciones de conversaciones telefónicas entre representantes del Polisario y un agente que se presenta como contacto de Hezbollah en Costa de Marfil. Mustafa Muhammad Lemine Al-Kitab es, por tanto, el agente de enlace del Polisario en Siria y responsable de Oriente Próximo.
El agente se interesó por la situación
En una conversación grabada el 23 de octubre, aproximadamente dos semanas después del atentado contra Israel en el que Hamás masacró a 1.400 personas, el agente pregunta por la situación a Lemine Al-Kitab. El hombre del Polisario responde: “Alabado sea Alá. Los jóvenes están animados por la victoria de la resistencia y las acciones contra los judíos y la victoria sobre ellos en todas partes.” Y más adelante: “Veo que la resistencia se está encendiendo en todas partes. Estalló en Gaza, puede estallar en el Golán (…) y en el sur (del Líbano, nota del editor) y en las granjas de Chebaa, y “También estallará en el Sáhara Occidental y habrá una resistencia unificada. Cada uno disparará desde un lugar diferente (sobre Israel, nota del editor)”.
Durante la conversación, el supuesto representante de Hizbulá y el emisario del Polisario hablaron de la posibilidad de ataques conjuntos contra Israel con Hamas, Hizbulá, Argelia e Irán. Lemine Al-Kitab se ofrece a apoyar al Frente Polisario, pero subraya que sus recursos aún no son suficientes para atacar la embajada israelí en Marruecos, por ejemplo. En otras entrevistas, pide aún más apoyo a Hezbolá e Irán.
WELT ya reveló a principios de año la existencia de una red Hawala que opera desde España y los campamentos de Tinduf (Argelia) y mantiene estrechos contactos con el Polisario, Irán, Líbano y Hezbolá. La hawala es un antiguo método de transferencia de dinero sin pasar por los bancos legales. Por ejemplo, una persona paga X cantidad a un “hawaladar” en Beirut. Éste informa a su oficial de enlace en Argelia, que paga la suma al beneficiario allí, sin que el dinero se haya movido. Las reservas de efectivo de los “hawaladares” en Europa, África y Oriente Próximo se equilibran entre ellos o, si es necesario, mediante el contrabando de dinero en efectivo, joyas o relojes de lujo. Irán oculta su ayuda financiera a Hezbolá, Hamás y probablemente también al Frente Polisario utilizando redes hawala cuyos flujos financieros son difíciles de controlar.
Aún más útil desde el Acuerdo de Abraham
Irán, con la ayuda de sus apoderados, siempre ha atacado a los Estados árabes que, en opinión de los fundamentalistas, son “demasiado occidentales” y se acercan a Israel. La milicia socialista que lucha contra Marruecos es aún más útil para Teherán desde que Marruecos firmó los Acuerdos de Paz de Abraham con Israel. A cambio, Estados Unidos reconoció la reivindicación marroquí sobre el Sáhara Occidental. El Estado norteafricano se ha convertido así en el centro de los intentos iraníes de desestabilizar la región.
Y, al parecer, el Polisario se está armando en su lucha contra Marruecos: Hace dos semanas, se dispararon cohetes contra zonas residenciales de la ciudad de Smara, en el Sáhara Occidental controlado por Marruecos. Un hombre murió y otros tres resultaron heridos, según las autoridades marroquíes. Se sospecha del Frente Polisario.
Hamás también empezó “pequeño”, con misiles de corto alcance sobre el sur de Israel, y sus proyectiles alcanzan ahora el corazón de Israel. Y sus comandos terroristas consiguieron frustrar a los servicios secretos israelíes. En cualquier caso, Mustafa Muhammad Lemine Al-Kitab, enviado del Polisario para Oriente Próximo, ya ha integrado el discurso de Hamás: “Esta guerra es una guerra de yihad y de resistencia contra la ocupación y contra el proyecto sionista” , dijo en la grabación de la conversación telefónica del 23 de octubre, y “la resistencia tiene un precio en términos de pérdidas. Sabemos que esta libertad tendrá un alto precio, haremos sacrificios y mártires, pero al final, venceremos”.
