En los últimos años se han producido fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías e inundaciones, en muchas partes del mundo. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) anunció que julio de 2023 sería el mes con la temperatura media mundial más alta jamás registrada, y podría batir los récords históricos de al menos 120.000 años. – escribe Cao Zhongming, Embajador de China en Bélgica.
El Informe sobre Riesgos Mundiales 2023 publicado por el Foro Económico Mundial ha identificado diez grandes riesgos mundiales, muchos de los cuales están relacionados con el cambio climático. La crisis climática mundial es cada vez más grave y urgente. Es imperativo abordar de forma proactiva el reto del cambio climático y centrarse en una transición ecológica y con bajas emisiones de carbono.
Los efectos del cambio climático no se limitan al territorio de un solo país y ningún país es inmune, estamos en una comunidad de destino en la que todas las partes están estrechamente vinculadas de tal manera que cuando uno sufre daños, todos sufren daños, y cuando uno prospera, todos prosperan. Un solo árbol no puede hacer un bosque, y la respuesta a este reto debe basarse también en que todos los países trabajen juntos para llegar a un consenso y se comprometan plenamente en la cooperación internacional.
Como mayor país en desarrollo del mundo, China ha demostrado el compromiso de un gran país responsable al fijar el objetivo nacional de contribuir a limitar las emisiones de dióxido de carbono para 2030, esforzándose por lograr la neutralidad de carbono para 2060 y alcanzando la mayor tasa mundial de reducción de la intensidad de carbono en el menor tiempo de la historia, y ha puesto firmemente en práctica sus compromisos dando prioridad a la ecología y al desarrollo verde y bajo en carbono.
China ha contribuido en un 25% a la creación de nuevas zonas verdes en todo el mundo desde el cambio de siglo y ha liderado los esfuerzos para lograr un “crecimiento cero” de la degradación del suelo, una “doble reducción” de la superficie de tierras desertificadas y arenosas, así como un “doble crecimiento” de la cubierta forestal y de las reservas forestales.
China ha establecido el mayor sistema de generación de energía limpia del mundo, y la capacidad instalada de energía hidroeléctrica, eólica y solar ocupa el primer puesto mundial. Con una tasa media anual de crecimiento del consumo energético del 3%, China ha mantenido una tasa media anual de crecimiento económico del 6,2% y se ha convertido en uno de los países del mundo donde la reducción de la intensidad del consumo energético es más rápida.
China no sólo se centra en su propio desarrollo ecológico, sino que también lidera y sirve a la causa de la gobernanza medioambiental mundial. En primer lugar, China se adhiere desde hace tiempo al principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y capacidades respectivas, aplica con firmeza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, participa en las negociaciones mundiales sobre el clima de manera positiva y constructiva, realiza contribuciones históricas a la conclusión y aplicación del Acuerdo de París, e impulsa la construcción de un sistema de gobernanza climática mundial justo, razonable y beneficioso para todos.
En segundo lugar, adhiriéndose al concepto de una comunidad con un futuro compartido para la humanidad, China ha emprendido activamente la cooperación Sur-Sur en la lucha contra el cambio climático, ha promovido la construcción de un Cinturón y una Ruta verdes, y ha prestado apoyo y asistencia a otros países en desarrollo en la medida de sus posibilidades.
Desde 2016, China ha puesto en marcha 10 zonas de demostración de bajas emisiones de carbono, 100 proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático y 1.000 plazas de formación para responder al cambio climático en países en desarrollo, con el fin de ayudarles en su transición energética y luchar conjuntamente contra el cambio climático global.
En tercer lugar, China ha llevado a cabo una cooperación ecológica internacional de forma amplia y pragmática, y la producción de equipos de reducción de emisiones de carbono ha proporcionado un fuerte apoyo a la transición ecológica de varios países, promoviendo así el desarrollo sostenible a escala mundial. mundo. Las estadísticas pertinentes de la Agencia Internacional de la Energía muestran que, solo en el campo de la generación de energía solar, la cuota de componentes clave producidos en China, como polisilicio, obleas, células fotovoltaicas y plantillas fotovoltaicas, en el mercado mundial aumentó del 28,6%, 78,3%, 57,9% y 55,7% en 2010 al 88,2%, 97,2%, 89,5% y 78,7% respectivamente. y en 2022, alrededor del 46% de la energía eólica se produjo a través de productos chinos.
En la actualidad, Bélgica y otros países de la UE promueven activamente la transición ecológica. China y Bélgica participan activamente en la gobernanza mundial del clima y comparten intereses y objetivos comunes en la promoción de la cooperación mundial para combatir el cambio climático. Muchas empresas e institutos de investigación belgas tienen una experiencia madura en el desarrollo y la aplicación de tecnologías verdes y en la creación de modelos de negocio ecológicos, y ya han abierto un amplio abanico de investigación y producción en China.
China se está desarrollando rápidamente en los campos de las energías renovables, las baterías energéticas, los vehículos de nueva energía, etc., con una fuerte demanda tecnológica y de mercado, una cadena industrial completa y una gran capacidad de suministro. La cooperación industrial y tecnológica en el campo de la transición verde entre China y Bélgica, China y Europa está en consonancia con los intereses de cada parte.
Estamos convencidos de que el verde será el color más distintivo de la cooperación entre China y Bélgica y entre China y Europa. En una carta dirigida a un amigo belga, el Presidente Xi Jinping subrayó que “China persigue firmemente una vía de desarrollo ecológico, verde y con bajas emisiones de carbono orientada a la calidad, y aportará más oportunidades al mundo y una mayor contribución al progreso de la humanidad”. La cooperación China-Bélgica y China-Europa en el ámbito de la transición ecológica tiene un enorme potencial y amplias perspectivas.
Deberíamos adherirnos al principio de beneficio mutuo y ganar-ganar, mantener abiertos los mercados de comercio e inversión, proporcionar un entorno empresarial justo, equitativo y no discriminatorio para las empresas de cada parte, reforzar la cooperación técnica, el anclaje industrial y la coordinación de normas, mejorar continuamente el entendimiento y la confianza mutuos, y aunar esfuerzos para hacer frente a retos globales como el cambio climático.