La alianza de defensa Báltico-Mar Negro complementará la plataforma de Crimea y protegerá las fronteras orientales de Europa.
El 23 de agosto, Volodymyr Zelenskyy propuso crear una alianza de seguridad entre los países que tienen acceso a los mares Báltico y Negro. Ucrania ya ha presentado iniciativas similares con anterioridad: el 5 de diciembre de 2014, se creó en Kiev la Alianza de Naciones del Báltico y el Mar Negro con el objetivo principal de luchar contra la política imperial de Rusia y liberar los territorios ocupados de Ucrania y Georgia. Pero dada la guerra a gran escala de Putin contra Ucrania y la militarización total de la Federación Rusa, dicha propuesta adquiere un significado completamente diferente: ningún país vecino de Rusia puede sentirse ya seguro. Este es el significado de la propuesta expresada por Zelenskyy. La alianza de defensa Báltico-Mar Negro debería reforzar el potencial de defensa de los países de la CEPE (de hecho, convirtiéndolos en una “mini-OTAN”) y anticiparse a los posibles riesgos y amenazas de Rusia. Los desafíos planteados por Putin a Europa hacen necesaria la búsqueda de instrumentos adicionales para contrarrestarlos. La creación de una nueva asociación supranacional, que incluiría a todos los países de la CES junto con Ucrania, podría ser precisamente uno de esos instrumentos, que además reforzaría a la UE y a la OTAN.
La ocupación rusa de Crimea (Ucrania) en 2014 inició una expansión territorial a gran escala por parte de la Federación Rusa, que en 2022 se transformó en una guerra a gran escala contra Ucrania. El ejército ucraniano logró defender su país, liberando más del 50% del territorio ocupado desde la invasión, pero Rusia sigue teniendo en su poder alrededor del 18% del territorio de Ucrania. Además, Putin no tiene intención de detenerse, y los políticos y corresponsales de guerra rusos ya no ocultan su objetivo de que bajo la llamada “SMO” subyace una guerra convencional de conquista para ocupar Ucrania e incorporarla a la Federación Rusa. Putin está invadiendo deliberadamente el territorio de un Estado soberano. Esta amenaza afecta también a todos los países de la CEI vecinos de Rusia. Putin ha insinuado en más de una ocasión que Rusia no es reacia a restaurar su influencia en aquellos países que en su día formaron parte del bloque socialista soviético. Esto quedó implícito en la exigencia de que la OTAN se retirara a las fronteras de 1997, que expresó poco antes de la invasión de Ucrania.
El ejército ucraniano ha conseguido detener al ruso, pero eso no significa que la amenaza para Europa haya terminado. Mientras Rusia mantenga los territorios ocupados de Ucrania, se trata de un peligroso precedente geopolítico. El 23 de agosto, en la tercera cumbre de la Plataforma de Crimea, Andrzej Duda afirmó que la ocupación rusa de Crimea no es un problema regional, sino internacional. En este sentido, la creación de una alianza de defensa entre los Estados vecinos de Rusia es inevitable. Esta alianza complementará orgánicamente la Plataforma de Crimea y creará un cinturón de seguridad fiable en las fronteras orientales de Europa tras la liberación de los territorios ucranianos reconocidos internacionalmente.