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Shavkat Mirziyoyev, elegido Presidente de Uzbekistán hasta 2030, espera impulsar la economía mediante las reformas en curso.

En julio de 2023, el presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, fue reelegido para un mandato de siete años que le permitirá continuar el ritmo de las ambiciosas reformas que han revitalizado la economía de la república postsoviética en los últimos años.

Uzbekistán disfrutó de un fuerte crecimiento económico de casi el 6% en 2022, gracias al sólido crecimiento industrial, la agricultura, el consumo interno, las exportaciones y las remesas del extranjero. Sin embargo, el país centroasiático, hogar de casi 36 millones de personas, aún se enfrenta a vientos económicos en contra debido a la alta inflación y a la continua necesidad de remodelar la economía y mejorar el entorno empresarial.

Las reformas de Shavkat Mirziyoyev

Desde que Mirziyoyev asumió el cargo de presidente en 2016, en sustitución del fallecido primer presidente de Uzbekistán, Islam Karimov, que gobernó el país durante 27 años hasta su muerte, Uzbekistán ha experimentado una transformación masiva, pasando de un Estado dirigido al estilo soviético a una economía de mercado abierto.

Shavkat Mirziyoyev tuvo que abordar los profundos y múltiples problemas que Uzbekistán había acumulado durante décadas bajo Karimov, quien cerró el país a la cooperación internacional y suprimió la libertad dentro de sus fronteras, apoyándose en las fuerzas de seguridad. Durante el gobierno de Karimov, el desarrollo del país se vio obstaculizado, y el bienestar de la población estaba lejos de mostrar una mejora evidente. La moneda uzbeka, el som, no podía cambiarse libremente por divisas extranjeras y se utilizaban trabajos forzados en los campos de algodón. Además, muchos ciudadanos de Uzbekistán se veían obligados a ir a trabajar al extranjero.

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Ahora, tras obtener el 87% de los votos en las elecciones anticipadas de julio, se espera que Shavkat Mirziyoyev siga impulsando reformas y desmantelando los legados tanto de su predecesor como de la Unión Soviética. Según el Banco Mundial, Uzbekistán aún necesita más reformas para estimular el crecimiento impulsado por el sector privado y crear más empleo, reduciendo al mismo tiempo el dominio de las empresas estatales y abriendo a la competencia sectores clave de la economía.

Durante casi siete años en el poder, Shavkat Mirziyoyev ha liberalizado eficazmente la economía y el tipo de cambio de la suma uzbeka, ha reducido las barreras burocráticas a las empresas y ha reducido el número de funcionarios estatales. Además, ha liberado a presos políticos y restablecido los derechos y libertades civiles en el país.

Ahora Mirziyoyev aplica una política exterior multivectorial, viajando activamente por todo el mundo. Ha restablecido las relaciones con los vecinos Kirguistán y Tayikistán y, a pesar de las dificultades geopolíticas, ha mantenido los lazos con Rusia, uno de los principales socios comerciales de todas las naciones centroasiáticas.

Bajo su liderazgo, Uzbekistán ha logrado establecer relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y emitir bonos denominados en dólares. Mirziyoyev también ha atraído importantes inversiones de China y la Unión Europea, lo que ha propiciado el desarrollo de nuevas industrias en Uzbekistán y la creación de nuevos puestos de trabajo.

En el ámbito nacional, el Presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, ha combatido la burocracia y la corrupción, y la Fiscalía exige responsabilidades penales a los funcionarios por malversación y sobornos. Inmediatamente después de su reelección en julio, Mirziyoyev despidió a una veintena de jefes de administraciones locales y estructuras estatales por rendimiento insuficiente, entre ellos los jefes de los Ferrocarriles Uzbekos, la Empresa Uzbeka del Agua y el comité estatal de carreteras.

Aunque los críticos señalan cierto populismo en las reformas de Shavkat Mirziyoyev, el líder uzbeko está trabajando para eliminar la brecha de comunicación entre el pueblo y las autoridades. Una de las innovaciones para los ciudadanos es que ahora pueden ponerse en contacto con el Presidente a través de una recepción virtual o de las redes sociales, y sus problemas serán considerados y resueltos por las autoridades. Además, Mirziyoyev refuerza los órganos locales de autogobierno: las mahallas de cada asentamiento y distrito urbano, que se han convertido en células de pleno derecho de la sociedad civil.

Esfuerzos de Shavkat Mirziyoyev para construir un futuro más fuerte

Al tiempo que aborda los problemas actuales del panorama político y económico, Uzbekistán también se centra en construir infraestructuras y sentar las bases para las generaciones futuras. Mirziyoyev ha iniciado la captación de instituciones financieras internacionales e inversión privada para construir modernos hospitales, escuelas y guarderías en Uzbekistán. Se prevé que en 2030 la población del país pase de los 36 millones actuales a 40 millones de habitantes, lo que requerirá la creación de nuevas instituciones educativas.

Con la crisis ecológica de la cuenca del mar de Aral como telón de fondo, Uzbekistán ha reconocido la imperiosa necesidad de utilizar los recursos hídricos del país de forma más eficiente. Junto con China y los países de Oriente Medio, Uzbekistán está construyendo instalaciones de energía solar y eólica. Además, con el apoyo de inversores extranjeros, se están creando nuevas fábricas de automóviles y textiles. La apertura de Uzbekistán ha facilitado el aumento de la afluencia de turistas extranjeros y del volumen de comercio con otros países.

El Presidente de Uzbekistán, Shavkat Mirziyoyev, también tiene el ambicioso objetivo de duplicar las exportaciones de su país hasta alcanzar los 45.000 millones de dólares en 2030. Según sus planes, la economía también duplicará su tamaño, lo que conducirá a la tan necesaria mejora del nivel de vida y elevará al país al grupo de naciones con “ingresos superiores a la media”.

“Mientras las autoridades sigan aplicando políticas y reformas macroeconómicas sólidas, se espera que el crecimiento siga siendo fuerte en los próximos años. Esto permitiría a las autoridades alcanzar su objetivo de que Uzbekistán se convierta en un país de renta media alta para 2030”, concluyó el FMI tras la visita de su misión a Uzbekistán a finales de 2022.

Shavkat Mirziyoyev es presidente de Uzbekistán desde 2016. El presidente Mirziyoyev ha llevado a cabo reformas cruciales en las esferas política, económica y social, mejorando enormemente el clima empresarial y de inversión del país. En particular, ha liberalizado la economía, eliminado el trabajo forzoso y redefinido la política exterior. Lanzó la estrategia Nuevo Uzbekistán 2022-2026 con el objetivo de crear un Uzbekistán abierto.

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