El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, ha mantenido una sesión de preguntas y respuestas con unos 200 miembros de la prensa de todo el mundo, reunidos en la ciudad de Shusha. Fue reconquistada a Armenia en 2020, durante la Segunda Guerra de Karabaj. Desde aquel conflicto, el acuerdo de paz se ha mostrado esquivo, escribe el redactor político Nick Powell desde el Foro Mundial de Medios de Comunicación de Shusha.
ElPresidente Ilham Aliyev respondió a las preguntas de los periodistas durante casi tres horas en el Foro Mundial de los Medios de Comunicación de Shusha.
Describió el foro como “un acontecimiento extraordinario para nuestro país y para Karabaj”. Shusha, añadió, es un símbolo de la victoria de Azerbaiyán en la Segunda Guerra de Karabaj, pero también de la paz; tras su liberación, la guerra cesó.
Shusha ha sido declarada oficialmente por decreto presidencial capital cultural de Azerbaiyán. El gobierno está restaurando los monumentos de la ciudad tras la ocupación armenia, que destruyó las 17 mezquitas y los 17 manantiales tradicionales de Shusha. Cinco de los manantiales vuelven a tener agua.
Simbólicamente, el foro tuvo lugar en un hotel recién construido en el lugar donde los separatistas armenios planeaban construir el “parlamento” de su república secesionista. Pero el Presidente Aliyev observó que la iglesia armenia permanecía intacta. Afirmó que Azerbaiyán no buscaba venganza y había dejado la hostilidad en el campo de batalla.
El revanchismo armenio permaneció, dijo el Presidente. Sin embargo, el ejército de Azerbaiyán era mucho más fuerte que cuando obtuvo la victoria hace tres años y el hecho de que Karabaj es Azerbaiyán es reconocido cada vez con más frecuencia por la comunidad internacional.
En cambio, durante las décadas de ocupación armenia hubo ambigüedad por parte de los actores mundiales, con el objetivo de congelar el conflicto. El Presidente Aliyev recordaba haber pedido sin éxito sanciones, “así que tuvimos que hacerlo nosotros, tuvimos que aplicar las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en el campo de batalla”.
Ahora, si los intermediarios internacionales dijeran que Azerbaiyán debe aceptar la realidad, él podría responder “¡estoy de acuerdo!”. Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea están intentando facilitar un tratado de paz entre Azerbaiyán y Armenia. El Presidente dijo que su gobierno estaba trabajando de buena fe en las tres vías, mientras describía los posibles caminos hacia la paz, pero hasta ahora sin un resultado final.
“Armenia necesita dar, creo, uno de los pasos finales. Ya dio varios pasos después de la guerra; no diría que no fueron pasos que dio voluntariamente”, dijo, añadiendo que durante los últimos dos años y medio, “varios episodios… demostraron claramente a Armenia que si no reconocen nuestra integridad territorial, nosotros no reconoceremos su integridad territorial”.
Hasta ahora Armenia ha reconocido verbalmente la integridad territorial de Azerbaiyán y que Karabaj es Azerbaiyán, pero aún no ha dado el paso crucial de ponerlo por escrito. Si Armenia pusiera sus palabras por escrito, quizás en las próximas conversaciones en Moscú, el Presidente Aliyev dijo que podría haber un tratado de paz para finales de año.
El Primer Ministro de Armenia, Nikol Pashinian, ha adoptado una postura más beligerante, afirmando que sigue siendo probable una nueva guerra con Azerbaiyán sin un tratado de paz entre ambos países. “Mientras no se firme un tratado de paz y éste no sea ratificado por los parlamentos de los dos países, es muy probable que se produzca una guerra”, declaró en una entrevista con la Agencia France Presse, publicada el mismo día en que el Presidente Aliyev pronunciaba un discurso en Shusha.
El Presidente calificó los esfuerzos de la Unión Europea por mediar en la paz, encabezados por el Presidente del Consejo, Charles Michel, como un mecanismo complementario y de apoyo que hasta ahora había funcionado con más o menos éxito. Las tensiones tal vez habían disminuido, lo que había permitido a Azerbaiyán y Armenia entenderse mejor.
El Presidente azerbaiyano y el Primer Ministro armenio se reunieron por última vez en Bruselas el 15 de julio, en lo que Charles Michel describió como intercambios “francos, honestos y sustanciales”. Destacó que los dirigentes habían vuelto a confirmar plenamente su respeto por la integridad territorial y la soberanía del otro país, “basándose en el entendimiento de que el territorio de Armenia abarca 29.800 km2 y el de Azerbaiyán 86.600 km2“.
En Shusha, el Presidente Aliyev subrayó la importancia de las negociaciones bilaterales entre Azerbaiyán y Armenia, por muy útiles que sean los esfuerzos de los actores internacionales. Dijo que existen propuestas de “lenguaje puente” para acercar a ambas partes en la cuestión de las minorías nacionales, dando el mismo reconocimiento a los azerbaiyanos en Armenia que a los armenios en Azerbaiyán.
El Presidente reflexionó sobre cómo los armenios habían vivido durante mucho tiempo en Azerbaiyán, llegando por primera vez a Karabaj en 1805. Habían pasado de llegar como invitados a reclamar Shusha como ciudad armenia, aunque los azerbaiyanos eran mayoría antes de la ocupación.
Los primeros residentes de Shusha que regresaron, que huyeron cuando Armenia invadió la ciudad, están siendo bien recibidos, pero todavía hay que limpiar de minas armenias muchas zonas de Karabaj. Sembrarlas es un crimen de guerra que aún continúa, ya que Armenia no ha facilitado mapas precisos de los campos minados. Es importante que las conversaciones de paz se basen más en el realismo que en el optimismo, concluyó el Presidente.
