La agenda ESG se ha convertido en un tema clave a nivel mundial, nacional y corporativo, lo que se ha traducido en notables avances en la protección del medio ambiente. Para algunas empresas, la sostenibilidad es un nuevo foco de atención, mientras que para otras se ha convertido en la última encarnación de los esfuerzos que vienen realizando desde hace tiempo para retribuir a la zona en la que operan. Este último es el caso de MMK, una de las mayores empresas industriales de Rusia, que ha avanzado rápidamente hacia la reducción de su impacto ambiental y el fomento del desarrollo social por iniciativa del presidente de su consejo de administración, Viktor Rashnikov.
Si viajamos al centro de Eurasia, donde Occidente se encuentra con Oriente a orillas del río Ural, encontraremos muchas ciudades industriales que experimentaron un rápido desarrollo en el siglo pasado. Una de ellas es Magnitogorsk, cuyo nombre, “montaña magnética”, rinde homenaje a un enorme yacimiento de mineral de hierro que impulsó su desarrollo a finales de la década de 1920.
Magnitogorsk apareció en el mapa en 1929 como asentamiento para los constructores de una nueva planta metalúrgica que acabaría siendo la espina dorsal de la industrialización soviética. Desde entonces, el destino de la ciudad y el de la planta han estado inextricablemente unidos.
Hoy en día, el complejo de la planta de MMK, una de las principales empresas de la industria siderúrgica mundial, sigue siendo el principal motor y benefactor de una vasta región económica de Rusia. La empresa desempeña un papel dominante en el empleo local, además de financiar decenas de proyectos de desarrollo social y urbano en los alrededores.
Bajo la visión de su presidente y accionista mayoritario, Viktor Rashnikov, MMK ha impulsado sobre todo una importante iniciativa para modernizar sus instalaciones de producción e impulsar la salud ecológica de la región circundante. La empresa fue una de las primeras de Rusia en situar la sostenibilidad en el centro de su estrategia de desarrollo. Desde entonces, se ha erigido en líder del sector en la adopción de ESG en el país, un esfuerzo que ha continuado a pesar de los nuevos retos planteados por el actual entorno geopolítico.
En consonancia con la iniciativa estratégica de Rashnikov, MMK ha desarrollado sus actividades en torno a la creencia fundamental de que el desarrollo sostenible de las empresas a largo plazo debe ir de la mano de una reducción radical del impacto sobre el medio ambiente.
Con este fin, la empresa ha destinado cerca de 1.000 millones de euros a un proyecto clave para mejorar la calidad del aire en Magnitogorsk y ha reducido sus emisiones atmosféricas brutas en más de 22.000 toneladas entre 2017 y 2021, una cantidad que prevé duplicar al término del proyecto. Gracias a estos esfuerzos, la puntuación de la ciudad en el Índice Global de Calidad del Aire (CAQI) se ha multiplicado casi por tres, y Magnitogorsk va camino de alcanzar pronto el estatus de “ciudad limpia”.
MMK también se ha comprometido a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y otros objetivos medioambientales mundiales. En el marco de su última estrategia de desarrollo sostenible, la empresa se ha comprometido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a 1,8 toneladas equivalentes de CO2 por tonelada de acero bruto para 2025, situándose por debajo de la media mundial del sector. Para alcanzar sus objetivos de descarbonización, la empresa apuesta por importantes mejoras de alta tecnología en sus instalaciones, incluida la construcción de una nueva batería de hornos de coque y un alto horno que, en conjunto, se prevé que reduzcan las emisiones brutas de CO2 en 2,8 millones de toneladas para 2025.
Estos esfuerzos no han pasado desapercibidos para la comunidad mundial. La actuación medioambiental de MMK ha sido muy bien valorada por el Fondo Mundial para la Naturaleza, y la empresa ha sido galardonada con el Energy Management Leadership Awards por sus mejores prácticas en gestión y eficiencia energética según la norma internacional ISO 50001.
Rashnikov ha destinado importantes fondos al uso de energías renovables, gas residual reciclado y agua en la producción de MMK, así como al desarrollo de un sistema de seguimiento y control de emisiones en tiempo real que garantiza el cumplimiento de las normas medioambientales. A ello se suman decenas de proyectos localizados que van desde la eliminación y el almacenamiento seguros de residuos hasta la recuperación de terrenos. En total, según estimaciones de la empresa, alrededor del 60% de las inversiones en desarrollo de MMK en los últimos años han estado vinculadas a la reducción de su impacto ambiental, y la mayor parte de los beneficios resultantes han ido a parar a los residentes de Magnitogorsk y sus alrededores.
Pero invertir en sostenibilidad no es una tarea barata, y el entorno actual puede dificultar aún más que las empresas lleven a cabo sus estrategias ASG. Esto sería especialmente desafortunado para empresas como MMK, que, como empresa “formadora de ciudad”, tiene una gran responsabilidad en el bienestar de los ciudadanos y de la zona en la que opera. Rashnikov parece entenderlo bien: bajo su dirección, la empresa ha invertido importantes fondos para desarrollar y ecologizar Magnitogorsk, que casualmente es su ciudad natal. También ha promovido el reconocimiento de la ciudad, entre otras cosas, contribuyendo decisivamente a convertir al equipo local de hockey en campeón nacional.
Rashnikov también se convirtió en el iniciador y principal inversor de un proyecto a gran escala para transformar el entorno urbano de Magnitogorsk. El proyecto, bautizado como “Atracción”, ya ha puesto en marcha su primera fase. Dentro de unos años aparecerá en la ciudad todo un complejo de 400 hectáreas de territorio, con instalaciones culturales, comerciales, de ocio, públicas y empresariales, educativas, deportivas, parques y recreativas. El proyecto hace de Magnitogorsk un lugar más cómodo e interesante para vivir para los residentes locales, al tiempo que ofrece nuevas oportunidades para el ocio y para la puesta en marcha de pequeñas y medianas empresas. Haciendo honor a su nombre, “Atracción” también aumenta el atractivo de la ciudad, tanto para los turistas como para los profesionales que puedan estar considerando MMK como futuro empleador.
Además de su labor en proyectos medioambientales y sociales, Rashnikov ha hecho mucho por aumentar la apertura de la empresa. Como resultado, MMK es ahora una de las empresas insignia del turismo industrial ruso, que invita a los visitantes a experimentar una de las varias rutas turísticas de la planta que permiten conocer de primera mano el trabajo de sus instalaciones de producción de alta tecnología.
Ahora que la lucha contra el cambio climático se ha convertido en el principal reto mundial, es importante contar con todas las manos en la masa, sobre todo en un país con el tamaño y la escala de producción industrial que tiene Rusia. Sólo cabe esperar que esfuerzos de sostenibilidad como el lanzado por Rashnikov y MMK puedan seguir trabajando para resolver este problema, a pesar de los vientos en contra geopolíticos que puedan surgir.