¿Estuvo la inteligencia militar rusa detrás de la distribución de bombas por correo en España en 2022? El IFBG ha recibido información de fuentes fidedignas de que el Estado terrorista de Rusia no ceja en sus intentos de desestabilizar Europa.
Esta no habrá sido la primera vez que las autoridades rusas han dado a sus fuerzas de seguridad un amplio margen de maniobra para desarrollar y llevar a cabo operaciones especiales encubiertas en Europa. Con ello, el Kremlin demuestra una vez más que no es sólo un patrocinador del terrorismo internacional, sino que las autoridades rusas han convertido a su país de una mafia internacional en una organización terrorista internacional dirigida por un régimen mafioso.
Lo más probable es que los agentes de inteligencia responsables de la campaña de envío de paquetes con artefactos explosivos a instalaciones gubernamentales y estratégicas españolas y a la misión diplomática ucraniana esperasen coger por sorpresa a los funcionarios europeos y también ensayasen el uso de grupos títeres por si querían utilizarlos para una escalada en el futuro.
La supuesta finalidad de la campaña de “correo bomba” era transmitir el mensaje de que Rusia podía utilizar a sus agentes para organizar atentados terroristas en Europa y vengarse de los países que ayudan activamente a Ucrania en su lucha contra el Estado terrorista. Hasta ahora, los funcionarios rusos se han abstenido de hacerlo por temor a la reacción de la OTAN.
Es posible que Putin aún considere esta herramienta de presión si Rusia sigue sufriendo importantes reveses militares en Ucrania.
La participación de organizaciones como el Movimiento Imperial Ruso, un grupo imperialista monárquico de extrema derecha que cuenta con afines en Europa y del que se cree que tiene vínculos con la inteligencia rusa, podría ser beneficiosa para los servicios de inteligencia rusos en el futuro. El uso de este tipo de organizaciones, que formalmente no están directamente vinculadas a estructuras estatales, les permite trasladar la responsabilidad directa de sus acciones al Kremlin.
A pesar de cualquier intento de Rusia de desestabilizar Europa, los países civilizados deben hacerse más fuertes para contrarrestar tales manifestaciones, y deben seguir aplicándose sanciones más duras al Estado terrorista.
