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El discurso del príncipe heredero Mohammed Es un punto de inflexión en el futuro de Libia

El Príncipe Heredero Mohammed El Senussi ha dirigido un sentido discurso al pueblo libio con motivo del 71º Día de la Independencia de nuestro país. Reflexionando sobre la historia del país con orgullo y dolor, el Príncipe Heredero celebró el logro del primer rey de Libia, el Rey Idris I, de unir el país en una patria pacífica – escribe Alamin Abolmagir , Vicepresidente de la Agrupación Libia por la Legitimidad Constitucional.

También recordó al pueblo libio la promesa y la esperanza que trajeron aquellos primeros años de independencia; la esperanza de un futuro pacífico y próspero como nación independiente. El Príncipe Mohammed yuxtapuso esta esperanza a la terrible situación actual sobre el terreno, que claramente le causa un gran dolor, empatizando con la difícil situación del pueblo libio.

Aunque nadie creía que la situación sobre el terreno pudiera empeorar, en 2022 la situación política y de seguridad en Libia se deterioró aún más. En diciembre de 2021 se aplazaron indefinidamente las elecciones, y hay pocos indicios de que el actual estancamiento político vaya a resolverse pacíficamente en breve. La Libia dividida de hoy carece de instituciones nacionales unificadas y, lo que es aún más importante, de un sentimiento cohesionado de identidad nacional.

Una parte sorprendente del discurso fue el llamamiento explícito del príncipe heredero a los saboteadores nacionales y a los actores internacionales que han desempeñado un papel fundamental en el agravamiento de una situación ya de por sí terrible. Aunque no dio nombres, desde 2011 la implicación extranjera de múltiples países está bien documentada. Por ejemplo, más recientemente, a finales de 2019, surgieron pruebas de que Rusia había estado enviando mercenarios para apoyar al Ejército Nacional Libio (ENL), a lo que Turquía respondió desplegando tropas en apoyo del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) en enero de 2020. Aunque es sólo un ejemplo, este apoyo a distintas facciones sólo ha servido para dividir en lugar de unir, prolongando este periodo de división en Libia.

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En cuanto a los saboteadores internos, el príncipe heredero fue mordaz al destacar cómo la codicia de los individuos ha sido una de las principales causas del conflicto en nuestra tierra. Al llamar la atención sobre el mal uso de la riqueza de Libia y el hambre insaciable de poder y dinero, está claro que el Príncipe Heredero no culpa únicamente a la comunidad internacional de la terrible situación actual. Para que Libia recupere la estabilidad y la prosperidad es necesario apartar de los puestos de poder a los actores internos que actúan por interés propio.

En respuesta a esta manipulación interna y externa, el príncipe heredero exigió el fin de este “oscuro periodo de nuestra historia”, afirmando que el sufrimiento que el pueblo libio ha padecido durante la última década debe llegar a su fin. Lo sorprendente, por tanto, es la forma en que el príncipe heredero, al pronunciar este discurso, parece haber asumido un papel más activo que antes en los asuntos libios.

El príncipe Mohammed también esbozó activamente los pasos que deben darse para devolver a Libia la paz y la estabilidad. Según su discurso, ha pasado los últimos meses reuniéndose con representantes libios e internacionales para escuchar sus preocupaciones, pero también para explicar que el mejor camino para el país es la restauración de una monarquía constitucional democrática a través de la Constitución de la Independencia de 1951. Los cientos de miles de partidarios de esta iniciativa sobre el terreno, como yo mismo, también afirmarían que este sistema de eficacia probada es el mejor medio para garantizar la libertad y la seguridad de los ciudadanos libios, y el mejor marco para restablecer el orden en el caos actual.

No hay que subestimar la importancia de este acontecimiento. De hecho, aunque el príncipe heredero ha estado muy implicado en todos los asuntos relacionados con Libia, hasta ahora no ha desempeñado un papel activo en los asuntos políticos libios. Al no buscar activamente posiciones de poder, ha optado por liderar desde atrás y animar a los poderes fácticos a considerar, ante todo, las necesidades de nuestro país. Es evidente que no ha sido así, y que una serie de actores han intentado promover sus propias agendas a expensas del bienestar de nuestro pueblo.

El príncipe Mohammed asumiría sin duda un papel más activo si se le pidiera. El golpe militar de 1969, que depuso la monarquía, creó deliberadamente una atmósfera de estrés y miedo para la familia del Príncipe Heredero. Con sólo 7 años, el Príncipe Heredero vio cómo los tanques rodeaban su casa y detenían a su familia. A continuación, los líderes del golpe militar encarcelaron a su padre, el entonces príncipe heredero Hassan, sin un proceso judicial. La mayor parte de la infancia del príncipe Mohammed transcurrió bajo arresto domiciliario, vigilado constantemente por soldados del régimen.

La casa familiar fue incendiada e incluso se prohibió a todos los familiares dirigir las oraciones. Esta política calculada de obligar a la familia a mantenerse al margen de la vida pública se basaba en el temor de que constituyeran una amenaza para la autoridad del régimen. Tal vez no fuera de extrañar, dado que la familia del príncipe heredero había sido depuesta ilegítimamente y seguía siendo popular entre el pueblo libio. Parece que las potencias actuales tienen un interés similar en mantener al único gobernante legítimo de nuestro país fuera de su juego político.

Por tanto, el discurso del Día de la Independencia de este año tiene una enorme importancia para el futuro de Libia. Representa una esperanza muy necesaria en uno de los momentos más difíciles para el pueblo libio. Es hora de que la comunidad internacional presione a los actores sobre el terreno para que permitan a los libios volver a su pasado y abrazar al único gobernante legítimo de nuestra nación, capaz de restaurar la paz y la seguridad inculcando en nuestra nación un sentimiento de identidad y orgullo nacionales. No debería ser necesaria la sangre de más ciudadanos de nuestra nación para que el mundo acepte que éste es el único camino a seguir.

Alamin Abolmagir es vicepresidente de la Agrupación Libia por la Legitimidad Constitucional. Actualmente reside en Trípoli (Libia) y es licenciado en Finanzas por la Universidad de Trípoli y doctor en Finanzas por la Universidad de Gales.

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