PARÍS. 29 de noviembre. Los políticos europeos han visitado Kazajstán con más frecuencia. Hace menos de un mes, el Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, llegó al país, el otro día el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el Vicepresidente de la Comisión Europea Josep Borrel, llegó a Astana. Varios otros europeos de alto rango han mantenido conversaciones a distancia de diversos formatos con los dirigentes de Kazajstán durante este tiempo. ¿A qué se debe este interés sin precedentes de los europeos por el país centroasiático y qué significa para la política mundial?
Después de recibir a casi toda la clase política de la Unión Europea en Kazajstán, con visitas presenciales de alto nivel o reuniones a distancia por videoconferencia, el propio Presidente de Kazajstán decidió volar a Francia. Para consolidar el progreso claramente marcado de la cooperación con el Viejo Continente.
Tokayev llegó a París en una situación geopolítica difícil. Acaba de terminar la cumbre del G20, en cuyo comunicado final los líderes de los países condenaron casi unánimemente la guerra en Ucrania. Pero es poco probable que esta circunstancia afecte a las relaciones entre Kazajistán y Francia. El presidente Tokayev ha criticado repetidamente la política exterior rusa. De qué sirvieron sus declaraciones en el foro de San Petersburgo.
Astana ha adoptado oficialmente una posición “neutral” en el conflicto y se ha negado rotundamente a reconocer los “territorios cuasi-estatales” de Crimea, Donetsk, Lugansk, etc. De hecho, esta “neutralidad” tiene otra cara: desde el comienzo de la guerra, Kazajistán ha aumentado la cooperación diplomática con Ucrania y ha enviado repetidamente ayuda humanitaria a este país.
El presidente Tokayev informó sobre la posición de Kazajstán en la agenda internacional en la cumbre de la Organización de Estados Turcos en Samarcanda. “… Kazajstán apoya firmemente la integridad territorial de todos los Estados, y también considera necesario observar estrictamente la Carta de la ONU. Se trata de un principio necesario que corresponde plenamente a los intereses básicos de nuestro país. Por lo tanto, prestaremos una atención prioritaria a este principio”, dijo el dirigente kazajo.
De hecho, Astana ya ha salido de la influencia dominante de Moscú y está construyendo con bastante éxito un nuevo sistema de relaciones con el mundo, su nuevo “multivector”. En el contexto de Francia, esto se confirma con la decisión adoptada en 2021 sobre las consultas anuales entre los Ministerios de Asuntos Exteriores.
En cuanto al aspecto político de las reuniones en París, no hay que esperar ninguna dificultad. Desde el comienzo de su presidencia, Tokayev ha marcado el rumbo de la democratización real del país: reducir la influencia política de la institución de la presidencia y aumentar el papel del parlamento en la vida del país. Esto encaja plenamente en el paradigma de los valores políticos europeos, donde Francia ocupa posiciones tradicionalmente fuertes.
La coincidencia de valores políticos sólo contribuye a reforzar la cooperación económica. La UE es el mayor inversor en la economía de Kazajistán, con una inversión total de 160.000 millones de dólares. A su vez, Kazajstán es el principal socio comercial de la UE en la región, con un volumen de negocios bilateral de 24.000 millones de dólares. En la actualidad, más de 170 empresas francesas están representadas en Kazajistán, las más famosas son: Total, Danon, Alstom, Orano. Y en mayo de 2021 se firmó la hoja de ruta de la cooperación económica kazajo-francesa hasta 2030.
Habría que dedicar un artículo aparte a la escala de la cooperación humanitaria. En este ámbito, Kazajstán lleva mucho tiempo cooperando con la UE en general y con Francia en particular y de forma muy estrecha.
En general, Tokayev llegó a Francia con un bagaje de cooperación bastante pesado, que evidentemente se repondrá con nuevos acuerdos. Le esperan en Europa. Los políticos europeos son conocidos por su pragmatismo. Son muy conscientes de que un Kazajstán estable y fuerte, situado en el mismo centro de Eurasia, es un socio clave para ellos en esta región. Y su favorable situación geográfica les da la oportunidad de acceder a los grandes mercados de los países vecinos, lo que afecta a todas las esferas de la vida.
La guerra de Ucrania y sus consecuencias políticas y económicas han acercado a la Unión Europea y a Asia Central. Ahora asistimos no sólo a la reconfiguración del mercado energético mundial, sino también a la revisión de antiguos lazos políticos y a la construcción de nuevos modelos económicos. Y a juzgar por el contexto de lo que está ocurriendo entre la UE y Asia Central, en particular Kazajstán, son estas relaciones las que están adquiriendo una nueva dimensión, cuya magnitud aún no podemos evaluar plenamente.
En cualquier caso, está claro que, en las condiciones actuales, Kazajstán y otros países de Asia Central no dejarán de lado la oportunidad de consolidar una nueva tendencia en las relaciones con los socios europeos. Esta tendencia promete beneficiar a ambas partes.
Al mismo tiempo, no cabe esperar que Kazajstán y el resto de la sociedad centroasiática se vuelquen radicalmente hacia Occidente. Los países de la mentalidad oriental son capaces de equilibrarse incluso en condiciones geopolíticas tan difíciles. Kazajstán demuestra perfectamente esta habilidad. Defendiendo su independencia, reforzando sus apretones de manos con Occidente, Astana consigue mantener relaciones constructivas con sus vecinos.
El mismo carácter multivectorial que hasta hace poco causaba escepticismo entre los políticos experimentados del mundo y burlas con acusaciones de ingenuidad, resultó que realmente existe. Y tal vez se convierta en la base de un nuevo orden mundial, en el que sólo puedan existir cómodamente quienes no vivan según el principio de “todos contra todos”.