Mientras la temporada turística está en pleno apogeo, las ONG de defensa de los animales de todo el mundo piden que se prohíba la importación de trofeos de caza. Se presta especial atención a los viajeros de Estados Unidos y la UE, que son los principales clientes de los taxidermistas modernos.
En un manifiesto de posición conjunta, 137 organizaciones de conservación y protección de los animales de todo el mundo, incluidas 45 ONG del continente africano, se posicionan en contra de la caza de trofeos e instan a los legisladores a prohibir las importaciones.
“La caza de trofeos se encuentra entre las peores formas de explotación de la fauna salvaje y no es ni ética ni sostenible. Ante la crisis de la biodiversidad mundial provocada por el hombre, es inaceptable que se siga permitiendo la explotación de la fauna silvestre simplemente para adquirir un trofeo de caza y que los trofeos puedan seguir importándose legalmente. Ya es hora de que los gobiernos pongan fin a esta práctica perjudicial”, dijo la doctora Mona Schweizer, de Pro Wildlife.
Las estadísticas apuntan a una enorme crisis en curso en el ámbito de la conservación de los animales: de 2014 a 2018 se importaron en todo el mundo casi 125.000 trofeos de especies protegidas por la CITES -la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas-, con los clientes de Estados Unidos y la UE a la cabeza del fetichismo, asegurando flujos de comisiones a los taxidermistas.
Cada vez más cuestionada como una forma de entretenimiento digna y ética, la caza de trofeos afecta negativamente a la supervivencia de las especies y socava los esfuerzos de conservación. Los cazadores de trofeos suelen dirigirse a especies raras y en peligro de extinción o a animales con rasgos físicos impresionantes y eliminan individuos que son esenciales para la reproducción y el bienestar de los grupos de animales. Al dirigirse a estos preciosos animales, los cazadores de trofeos contribuyen, directa e indirectamente, a la disminución de sus poblaciones, perturban la estructura social de los animales y reducen su capacidad de recuperación. La industria de la caza de trofeos impulsa la demanda de partes y productos de especies en peligro de extinción e incentiva y prioriza su matanza a través de planes de premios y otras promociones, especialmente para especies raras y preciosas, lo que constituye un delito ecológico.
No hace falta añadir que la matanza de especies protegidas y en peligro de extinción es principalmente un privilegio de los cazadores extranjeros, el residuo de la época colonial, mientras que el acceso a la fauna y a la tierra suele estar restringido para los locales. Esta privación de derechos de las comunidades locales, unida a los efectos del impacto social de la caza de trofeos, puede alimentar el conflicto entre humanos y animales en lugar de mitigarlo. Este aspecto concreto se ve agravado por el hecho de que la caza de trofeos no aporta beneficios económicos significativos a las comunidades locales, en contra de lo que afirman los grupos de presión a favor de la caza de trofeos. De hecho, como la mayoría de las cacerías se llevan a cabo en terrenos privados y el sector de la caza está plagado de corrupción endémica, los ingresos de la caza de trofeos enriquecen a los operadores de la caza, a los propietarios de fincas privadas y a las élites locales, que patrocinan la expedición de diversos permisos de caza.
“En Born Free llevamos mucho tiempo haciendo campaña para acabar con la caza de trofeos por motivos morales y éticos. En esta época de crisis para la vida silvestre y la biodiversidad, no puede ser correcto que los cazadores europeos puedan pagar por matar animales silvestres amenazados, ya sea dentro de la UE o en el extranjero, y enviar los trofeos a casa. La caza de trofeos causa un inmenso sufrimiento a los animales mientras que hace poco o nada por la conservación de la vida salvaje o las comunidades locales.
De hecho, en muchos casos los cazadores de trofeos eliminan animales clave de poblaciones frágiles, dañando su integridad social y genética. Es hora de que los responsables políticos de la Unión Europea escuchen a la inmensa mayoría de sus ciudadanos y pongan fin definitivamente a la caza de trofeos en la UE y a la importación de trofeos, buscando al mismo tiempo formas alternativas y más eficaces de financiar la protección de la vida salvaje y el desarrollo de las comunidades locales”, ha declarado el doctor Mark Jones, responsable de políticas de Born Free.
La caza de trofeos no sólo obstaculiza los esfuerzos de conservación y genera unos beneficios económicos mínimos, sino que también plantea problemas éticos y de bienestar animal. Disparar a los animales por diversión simplemente para obtener un trofeo como símbolo de estatus es éticamente injustificable, desprecia su valor intrínseco reduciéndolos a mercancías, y pone un precio a la muerte que refleja la cantidad que los cazadores extranjeros están dispuestos a pagar por la muerte. Además, los cazadores de trofeos suelen emplear e incentivar métodos de caza que aumentan el sufrimiento del animal, como el uso de arcos y flechas, armas de fuego, armas de mano o perros que persiguen a los animales durante horas hasta la extenuación.
La doctora Joanna Swabe, directora senior de asuntos públicos de Humane Society International/Europe, dijo: “El beneficio económico -que es mínimo en el mejor de los casos en la industria de la caza de trofeos- no es excusa para permitir la matanza inhumana de animales por entretenimiento o para compensar los daños biológicos y ecológicos, a menudo irreversibles, que causa a las especies protegidas, cuando existen fuentes de ingresos alternativas y más lucrativas para los esfuerzos de desarrollo y conservación. Como mayores importadores de trofeos de caza del mundo, EE.UU. y la UE tienen la obligación moral de dejar de contribuir a esta dañina industria a través de las importaciones de trofeos de caza y de instituir políticas que apoyen formas éticas de ayuda exterior, turismo e industria.”
En todo el mundo, los ciudadanos se oponen de forma clara y elocuente a la caza de trofeos y a la importación de partes del cuerpo de animales abatidos, por tanto, de trofeos de caza. Las encuestas realizadas en la Unión Europea, Suiza y Estados Unidos confirman que entre el 75% y el 96% de los encuestados se oponen a la caza de trofeos como tal y a las actividades derivadas. La mayoría absoluta de los europeos está a favor de prohibir la importación de trofeos.
Según las encuestas En Sudáfrica, el mayor exportador africano de trofeos de caza de especies protegidas, una mayoría del 64% de los encuestados desaprueba la caza de trofeos. “Dado que la práctica poco ética de la caza de trofeos perjudica la conservación de las especies y la economía desde hace décadas, hace falta un cambio de política. Juntos, con la voz unida de 137 ONG de todo el mundo, pedimos a los gobiernos que asuman su responsabilidad en la protección de las especies y la biodiversidad, y que prohíban la importación de trofeos de caza.” concluyó Reineke Hameleers, directora general de Eurogroup for Animals.
