El primer ministro húngaro, Victor Orbàn, ha pedido al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, que no plantee la cuestión de nuevas sanciones contra Rusia en la reunión especial del Consejo convocada para debatir la guerra en Ucrania y cuestiones relacionadas. Al menos en eso, Orbán no se saldrá con la suya. Los intentos de llegar a un compromiso sobre las sanciones petroleras que acepte Hungría continuarán hasta que se reúna el Consejo, y si fracasan, es probable que los argumentos dominen la propia reunión del Consejo, escribe el editor político Nick Powell.
La reunión del domingo de los embajadores de la UE se alargó hasta que se decidió dormir sus desacuerdos antes de hacer un último intento de acordar un proyecto de conclusiones antes de la reunión especial del Consejo Europeo sobre Ucrania y las cuestiones conexas de defensa, energía y seguridad alimentaria.
El premio es un acuerdo sobre una sexta ronda de sanciones a Rusia tras su invasión de Ucrania, con medidas contra las importaciones de petróleo como elemento más significativo. La Comisión Europea había propuesto una prohibición total de las importaciones de petróleo ruso, aunque escalonada en varios meses.
El principal opositor a esta idea es Hungría. El Primer Ministro Victor Orbàn se ha mostrado poco entusiasmado con gran parte del apoyo de la UE a Ucrania, pero argumenta que ahora está en juego un interés nacional vital, ya que su país recibe casi todo su petróleo por oleoducto de Rusia.
Se han barajado varios compromisos, como un arancel punitivo sobre el petróleo ruso en lugar de una prohibición total y una exención para las entregas por oleoducto en lugar de por barco. Esto podría reducirse a una exención sólo para el oleoducto de Druzhba, que abastece a Hungría a través de Ucrania, cuya buena voluntad también es vital para que cualquier acuerdo funcione.
Las sanciones sobre el petróleo se consideran una forma de asestar otro gran golpe económico a Rusia, y cualquier concesión a Hungría no contribuiría mucho a reducir el impacto. Sin embargo, otros Estados miembros de la UE abogan por la igualdad de condiciones y un control estricto de la aplicación de la prohibición del petróleo. A sus líderes no les apetece decir a los votantes que Víctor Orbán se ha librado del dolor económico que todos los demás están soportando como precio del apoyo a Ucrania.
En particular, hay descontento ante la posibilidad de que Hungría pueda reexportar productos petrolíferos refinados a partir de crudo ruso. Y hay dudas de que su Primer Ministro esté interesado en aceptar cualquier compromiso, por muy ingenioso que sea.
Pero hay pocas ganas de pedir a la Comisión que retire su propuesta. Así que puede que pronto les llegue el turno a los líderes de los 27 gobiernos de ver que su reunión se ha desbordado. Lejos de abandonar el tema, como sugirió Victor Orbàn al Presidente del Consejo, Charles Michel, ahora se habla de largas y a veces emotivas intervenciones mientras la cumbre se alarga.