La furgoneta eléctrica media de la Unión Europea es un 25% más barata a lo largo de su vida que su equivalente diésel, a pesar de que los costes iniciales de los modelos de cero emisiones son mucho más elevados. Así lo afirma Transport and Environment (T&E), un grupo de campaña europeo.
Dataforce realizó una encuesta entre 745 propietarios de furgonetas en la UE para determinar si el 84% se plantearía cambiar a vehículos eléctricos. El 36% de los encuestados ya posee una furgoneta eléctrica a nivel comercial, el 32% tiene previsto comprar una para 2022 y el 16% se plantea adquirir una en los próximos cinco años.
T&E afirmó que los menores costes de funcionamiento y el creciente interés por los eléctricos hacen más probable la reducción de las emisiones de CO2 de las furgonetas diésel que lo que propone la Comisión Europea.
T&E realizó un estudio en seis países: Francia, Alemania (Italia, Polonia, España y el Reino Unido, que representa el 76% del mercado de furgonetas de la UE más el Reino Unido. Comprobaron que el funcionamiento de una furgoneta eléctrica cuesta 0,15 euros (0,17 dólares) por kilómetro, frente a los 0,2 euros de una furgoneta diésel.
T&E descubrió que seguían siendo más baratas en cinco países, mientras que los costes de funcionamiento en Alemania eran los mismos.
Según T&E, el precio de compra de una furgoneta eléctrica puede ser entre un 40% y un 55% superior al de un modelo diésel.
Este coste adicional solía ser un obstáculo para que las empresas se pasaran a los modelos de cero emisiones. Sin embargo, el “coste total” de poseer una furgoneta eléctrica (costes de combustible incluidos) ha ido disminuyendo durante muchos años.
Solo el 3% de las furgonetas vendidas en Europa en 2021 eran totalmente eléctricas, mientras que el 9% de los turismos están sujetos a normas de emisión de CO2 más estrictas.
Según la Comisión Europea, todas las furgonetas nuevas deberían emitir cero emisiones en 2035. Sin embargo, T&E afirmó que su investigación demostró que el Parlamento Europeo y los países miembros de la UE deben establecer objetivos de emisiones de CO2 más estrictos para acelerar la adopción de las furgonetas eléctricas para 2020 y principios de la década de 2030.