Mientras el mundo espera el resultado de un acuerdo nuclear con Irán que se espera pronto, la importancia de garantizar que ese acuerdo sea realmente integral es más importante que nunca. Los avances para alcanzar un acuerdo sobre una nueva versión del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) de 2015 entre la comunidad internacional e Irán han sido, como se esperaba, lentos y multifacéticos. La inclusión de cuestiones que van más allá de la cuestión nuclear, como la designación como organización terrorista de la Guardia Revolucionaria de Irán, ha sido uno de los principales problemas que han impedido un rápido avance. Sin embargo, abordar estas cuestiones adicionales es igual de importante que abordar la preocupación central planteada por la administración Obama, los arquitectos del acuerdo, es decir, frenar “el riesgo de otra guerra en Oriente Medio” – escribe Shlomo Roiter Jesner
Más allá del riesgo obvio de escalada bélica, una preocupación importante, como se plantea en un reciente artículo del Wall Street Journal, es la red de financiación ilícita que Irán ha construido para sí mismo en los últimos años. Es esta red de banca y finanzas clandestinas la que ha permitido a Irán seguir comerciando con miles de millones, a pesar de las sanciones aparentemente exhaustivas que están en vigor. Esta red ha permitido a Irán asegurar la supervivencia de su economía mientras continúa con las negociaciones, avanzando simultáneamente en secreto en su programa nuclear y creando hechos sobre el terreno. Si no se aborda, este sistema está destinado a tener un impacto negativo similar el día después de la vuelta al JCPOA, y Europa tiene un papel central para asegurarse de que esto no ocurra.
Aunque ha impuesto importantes restricciones a la capacidad de comerciar con Irán en una amplia gama de sectores, desde la energía hasta los seguros, se han hecho excepciones humanitarias. Por ejemplo, se proporcionaron 20 millones de euros en ayuda humanitaria a Irán en un esfuerzo por ayudar en la lucha contra la pandemia del Covid-19. Aunque es digno de elogio, apenas se ha supervisado el destino de los fondos, además de que la oferta de ayuda no ha sido apreciada y el presidente iraní Rouhani ha declarado: “Su oferta de ayuda es la mayor mentira de la historia”. Así, en lugar de invertir el dinero de los contribuyentes en apuntalar un régimen asesino, aunque con la esperanza irreal de proporcionar ayuda humanitaria a ciudadanos inocentes, la UE debe invertir recursos en cerrar los canales de financiación ilícita iraníes.
Además, con Estados Unidos adoptando un enfoque maximalista de las sanciones, al menos bajo la anterior administración Trump, Europa ha luchado por hacer cumplir lo que se ha dado en llamar sanciones secundarias. Así, mientras Estados Unidos ha exigido a Europa que no haga negocios con quienes hacen negocios con entidades sancionadas, aprovechando la dependencia europea del mercado estadounidense, Europa se ha mostrado reacia a cumplirlas. Sin embargo, las sanciones secundarias son esenciales para impedir el desarrollo del tipo de sistema financiero ilícito que Irán ha estado construyendo a espaldas del mundo.
Si la comunidad internacional hubiera respetado estas sanciones secundarias en su totalidad, las entidades corporativas y los empresarios que Irán ha estado explorando para evadir las sanciones se habrían encontrado con un reto importante. Un ejemplo de ello se ha visto en el comercio de petróleo del Golfo, donde Irán ha empleado entidades no gubernamentales (y, por tanto, no sancionadas) para trasladar su petróleo a los mercados internacionales. Esto se ha llevado a cabo con la ayuda de conocimientos de embarque falsificados, empresas de fachada y hombres de negocios amigos. Esto ha ocurrido principalmente a través de Irak, pero incluso países que son aliados incondicionales de Estados Unidos, como los Emiratos Árabes Unidos, han sido víctimas de las artimañas de Irán.
Todo esto importa más que nunca, con una nueva versión del JCPOA en el horizonte inmediato. Si se permite a Irán seguir financiando sus actividades terroristas a nivel mundial, así como el desarrollo de su arsenal nuclear, a través de este sistema que ofrece poca supervisión o repercusiones, ningún acuerdo podrá impedir que la república islámica actúe como le parezca. Con aliados europeos, como los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, directamente amenazados por Irán, Europa debe empezar a hacer todo lo posible para acabar con esta red ilícita de financiación del terrorismo internacional.
La amenaza ha superado el ámbito de lo hipotético, ya que Irán, a través de sus apoderados, ya ha atacado directamente tanto a Arabia Saudí como a los EAU. Las implicaciones de que la Unión Europea siga permitiendo este sistema iraní de financiación ilícita, que permite la financiación de organizaciones terroristas como los Houthis de Yemen que perpetraron estos ataques en nombre de Irán, son de gran alcance.
Esto se vuelve aún más importante cuando consideramos las implicaciones de la continua recalcitrancia de Irán en las actividades de Rusia en Ucrania. Con una red similar de financiación ilícita construida por el ruso Vladimir Putin, no se puede exagerar el coste de permitir que Irán siga operando dicha red a costa de Occidente. Al abordar la red de financiación ilícita iraní empresa por empresa, Europa enviará un mensaje y sentará un precedente para abordar la compleja red rusa de facilitadores financieros extraterritoriales similares. Al fin y al cabo, la gente sólo puede salirse con la suya si se le deja.
Shlomo Roiter Jesner es presidente y cofundador del Foro Cambridge de Oriente Medio y Norte de África. También es el director general de F&R Strategy Group, con sede en Londres, una consultoría geopolítica en la intersección de la política y los negocios.
