La sexta cumbre que reúne a la Unión Europea (UE) y a la Unión Africana (UA) se celebra los días17 y18 de febrero en Bruselas y es una oportunidad para remodelar las relaciones entre los dos continentes – escribe Vlad Olteanu, consultor de asuntos de la UE.
El presidente Macron, que acoge la cumbre en calidad de presidente en funciones del Consejo de la Unión Europea, busca una oportunidad para “reformar un nuevo acuerdo económico y financiero con África” con el fin de “construir inversiones en las economías locales africanas y construir un futuro compartido.”
Aunque estos objetivos están llenos de buenas intenciones, se enfrentan a diferentes y numerosos desafíos dentro del continente africano y más allá de él (dada la creciente importancia del juego de los países africanos ricos en materias primas en la escena política mundial). Nos centraremos, en las siguientes líneas, en un reto particular, pero muy importante.
Uno de los principales problemas que, hoy en día, está creando una gran preocupación, es la situación en Cabo Delgado, Mozambique, donde los insurgentes yihadistas están creando pánico, miedo y violencia, lo suficiente como para que las alianzas internacionales avancen en la lucha contra estos grupos.
Como pretenden crear un nuevo “Estado Islámico”, Francia, en particular, ve esta situación geopolítica como una amenaza para el desarrollo económico de la región. Francia está muy implicada en esta parte de África y, por lo tanto, está preocupada por la posible creación de un arco de violencia yihadista desde el Sahel , a través de África oriental y finalmente hasta la región del sur de África.
En esta ecuación, Zimbabue, un país sometido a sanciones de la UE desde 2002, se está posicionando como un socio principal en la lucha contra los yihadistas.
La importancia de Zimbabue en este contexto es enorme. No sólo las fuerzas de defensa de Zimbabue están consideradas como una de las mejores de África, sino que el país se ha convertido recientemente en miembro del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana, que desempeña un papel clave (en cooperación con la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC)) a la hora de garantizar la estabilidad militar de la región (mediante la creación de la fuerza militar regional SAMIM en Mozambique).
La situación sobre el terreno en Cabo Delgado ha hecho que más de 670.000 refugiados y Zimbabue contribuyan con 304 hombres a la fuerza militar común SAMIM (1495 soldados proceden de Sudáfrica y contingentes más pequeños de Botsuana y Lesoto, entre otros). El país, que ha estado sometido a sanciones por parte de Estados Unidos y de la UE durante 20 años, se encuentra actualmente en fase de revisión en Washington y en Bruselas. Según se informa, 24 Estados miembros de la UE (incluida Francia) están a favor de levantar las sanciones actuales y 3 Estados miembros de la UE son hostiles o dudan, probablemente debido a la influencia británica que aún existe en algunos Estados miembros de la UE.
Las sanciones se están debatiendo en el Consejo de la UE, dirigido por el Alto Representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el Sr. Josep Borrell, supuestamente a favor del levantamiento de las sanciones. A finales de febrero, el Consejo de la UE podrá tomar una decisión definitiva sobre el levantamiento de las sanciones contra Zimbabue. La cumbre UE-África será sin duda una plataforma para un debate más amplio en este sentido.
Aunque probablemente la UE no sea la mayor fan del presidente Mnangagwa de Zimbabue, el pragmatismo y el posicionamiento estratégico deberían jugar un papel importante en esta situación. La UE reconoció que el presidente Mnangagwa y su gobierno han hecho recientemente grandes aperturas en relación con ciertas cuestiones importantes, como la reforma agrícola, la libertad de prensa y, lo que es más importante, el reconocimiento y la aplicación de los derechos humanos (el presidente despidió a su ministro del Interior por su papel en la violenta represión de las recientes elecciones provinciales locales a finales de 2021).
Las próximas elecciones presidenciales de Zimbabue son también un acontecimiento clave que explica por qué el presidente Mnangagwa está empezando a recibir una aprobación positiva por parte de la Unión Europea. Las reformas que ha iniciado se perciben como positivas y la mayoría de los Estados miembros de la UE creen que el levantamiento de las sanciones también le daría un mayor margen de maniobra en el frente político interno.La Unión Europea tiene razón al temer que otros candidatos puedan congelar totalmente las reformas y probablemente sean más escépticos a la hora de abordar la cuestión de Cabo Delgado, además de ser posibles promotores de acciones punitivas contra la sociedad civil zimbabuense.
La cumbre UE-África ayudará a clarificar la posición de la Unión Europea y a defender al presidente Mnangagwa, siempre y cuando la Unión Europea vea su profundo compromiso de continuar la lucha para apaciguar a la región de Cabo Delgado y abordar eficazmente la amenaza de los yihadistas en esa región y más allá. Este es otro caso en el que la política puede desempeñar un papel crucial para permitir tanto la seguridad duradera como la economía inteligente de toda una región de África. O negarlo.
